jueves, 15 de febrero de 2007

QUISE...


Quise subirme en la vida, montarla,
clavarle las espuelas,
extenuarla de tanto vivirla...

Pero era un caballito de cartón.


Quise arder y consumirme en ella,

calarme de sus aguas hasta la médula...

Pero era fuego que no quema,
lluvia que no moja.


Quise creer que las ilusiones
eran
realidades anticipadas.
Pero eran espejos rotos,
que devolvían imágenes deformadas.


Ahora todo es abono humectante

sobre el que crecen los rastrojos de una vida...


AVALON

8 comentarios:

Freddy Murphy dijo...

talves sea una vida que moriste, un sueño que despertaste, una sed que con fuego saciaste, pero creo que con este poema, ¡te mandaste!

Calle Quimera dijo...

Una vida es una sucesión de etapas que van muriendo, sueños de los que a veces se despierta o en los que se sigue sumergido hasta el final, sed de fuego, pero también de agua...

Un saludo, Freddy, y bienvenido.

Byron Abadía dijo...

a la vida se le vive, no se le ve pasar.
ecxelentes palabras!
saludos!

Calle Quimera dijo...

Nada peor que asomarse a la ventana a ver pasar la vida por debajo sin participar en ella, Abandré,así es... A veces se hace cuesta arriba abandonar el cómodo nido en que nos instalamos, pero hay que hacerlo si no queremos arrepentirnos el día que hacemos balance de cómo nos va.

Saludos para ti.

Ashbless dijo...

Todo los que viene, va.

Los pendulos giran a derecha y a izquierda, la vida es una compañera de tango que no se deja dirigir. Tampoco es facil cogerle el ritmo - a mí solo me sale cuando no lo intento- pero si bailas con ella, en lugar de bailarla, resulta impresionante.

Muy bonito el poema. animo y a seguir (escribiendo, y viviendo)

Calle Quimera dijo...

Muy cierto... La vida es una compañera de baile muy caprichosa, rara vez suele acompasar sus pasos a los de su pareja, pero seguramente es cuestión de "cogerle el tranquillo".

Y en eso estamos, procurando escribir un poco y vivir más aún.

Preciosas las imágenes que has usado en tu comentario, Ashbless, gracias por todo. Un saludo.

Anónimo dijo...

Del tronco del arbol caido crece una nueva rama que busca de nuevo la luz, el propio tronco sirve de soporte y de abono, y vuelve la vida...

Muy bonito el poema.

Saludos

Calle Quimera dijo...

..Y tu comentario, poesía que añadir al poema...

El árbol no sirve para morir del todo, siempre le nace una yemita que se hace rama, y la rama se hace hojas, y el árbol se vuelve a hacer verde. Y de nuevo las sonrisas anidan entre su follaje. Una de ellas, para ti, Simkin.