martes, 13 de febrero de 2007

RABIA


Cae la noche sobre la ciudad, y envuelve en su negro manto los nichos. Nichos que imaginamos casas esos cadáveres que nos creemos vivos, deambulando perdidos en su vorágine. He vuelto a vomitar, y entre fuertes convulsiones arrojan mis entrañas restos ensangrentados de miedo y rabia. La rabia, incontrolable, me devora por dentro, duele como lágrimas, hierve la sangre. Solo oscuridad alrededor, vacío inerte, incesante lucha interior, épica batalla en el anochecer del mundo. Y el sudor frío, antesala del miedo... Y de nuevo la aberrante, la monstruosa visión de esa ristra de ajos en la cocina, y de nuevo la luna llena como ojo de cíclope en la cara negra del cielo, mirándome fija, aviesamente... La conclusión es evidente: soy una mezcla extraña de hombre lobo y vampiro que gime su espanto a la noche. Todavía puedo controlarlo pero si algún día me como a alguien tal vez -y solo tal vez- desaparezca esta tristeza que me mata, y entonces dejaré de ser el peor de los monstruos - un hombre- para ser solo un animal, una bestia sin dilemas humanos. Quién sabe, tal vez hoy.........

ETINARCADIA

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tanto nos ciega la rabia que olvidamos la fuerza de nuestra razón. La de existir en armonía con nosotros mismos.

Cuando la rabia se haya marchado, aún quedarán rastros de su estancia en nuestra alma. Pero ésta será campo abonado para un nuevo conocimiento de nosotros mismos.

El vacío que en su momento ocupó la rabia, la ocupará la esperanza, y recordaremos que una vez fuimos humanos, y volveremos a serlo.

Descansa, amigo, y deja que la rabia se vaya.

Calle Quimera dijo...

Desgraciadamente la rabia tiene raíces muy profundas, demasiado. Seguramente su rastro tardará mucho en difuminarse, y el hueco que dejará será tan grande que hará falta mucha esperanza y mucha conciencia de haber sido alguna vez humanos para llenarla. Pero nunca pierdo la esperanza de poder secar alguna vez esas raíces.

Gracias por tus palabras y por visitar esta calle. Serás bien recibido siempe que quieras acercarte.Un saludo.

Anónimo dijo...

Y es que en los jardines tambien hay zarza y espino. Inteligente y contundentes palabras para desescoriar el alma. Duro y real como la vida misma.

Como decía uno de los grandes por ahí, "humano demasiado humano".

Saludos.

Calle Quimera dijo...

En unos jardines más zarzas y espinos que en otros, Simkin, y en los que me rodean hay bastantes.

Me ha gustado tu cita. Un saludo, y bienvenido.