Las últimas luces del día van oscureciendo el celeste del cielo,
contra el que se recorta la cinta parda de las descarnadas montañas.
Altas, rudas, acogen sin embargo tiernamente
en su regazo las casitas blancas de un pueblo blanco.
Una brisa infantil de lejanas reminiscencias a salitre marino
juega a dar empujones a las pacientes ramas de árboles
que, en espeso muro, sobre la hierba
que alfombra la tierra lisa, se yerguen en verde.
Verdes las jóvenes palmeras, verdes los naranjos niños,
verde la grama pespunteada por caminos de losas blancas,
hundidas pisadas que conducen a dos estanques,
el uno trebolado, el otro redondito ,
que azulan frescas aguas claras, transparentes, temblorosas.
Las sombras de los árboles, de los bancos que puntean la hierba,
se van alargando lentamente, ganando camino entre el verde.
Los últimos rayos del sol coquillean la piel, casi caldeándola aún,
y el aire, celoso, la acaricia aladamente y la besa.
Sereno silencio, infinita y traslúcida calma
se extienden como yedra. Una sonrisa lejana se esconde en ella.
Huele a verde de la hierba, a frescor del agua,
a soledad... Y a prometidas estrellas y luna
con carita de niña, de niña de plata,
que abrirán las puertas de la noche al canto del grillo,
y a la poesía de las cosas...
contra el que se recorta la cinta parda de las descarnadas montañas.
Altas, rudas, acogen sin embargo tiernamente
en su regazo las casitas blancas de un pueblo blanco.
Una brisa infantil de lejanas reminiscencias a salitre marino
juega a dar empujones a las pacientes ramas de árboles
que, en espeso muro, sobre la hierba
que alfombra la tierra lisa, se yerguen en verde.
Verdes las jóvenes palmeras, verdes los naranjos niños,
verde la grama pespunteada por caminos de losas blancas,
hundidas pisadas que conducen a dos estanques,
el uno trebolado, el otro redondito ,
que azulan frescas aguas claras, transparentes, temblorosas.
Las sombras de los árboles, de los bancos que puntean la hierba,
se van alargando lentamente, ganando camino entre el verde.
Los últimos rayos del sol coquillean la piel, casi caldeándola aún,
y el aire, celoso, la acaricia aladamente y la besa.
Sereno silencio, infinita y traslúcida calma
se extienden como yedra. Una sonrisa lejana se esconde en ella.
Huele a verde de la hierba, a frescor del agua,
a soledad... Y a prometidas estrellas y luna
con carita de niña, de niña de plata,
que abrirán las puertas de la noche al canto del grillo,
y a la poesía de las cosas...
23 comentarios:
Un bello poema que me brinda una sensación de profunda serenidad. Abrazos.
Mis queridos Avalon y Etinarcadia: Estoy alegre porque he visto otra vez mi Calle Quimera abierta y cada día venía a limpiar el polvo para que estuviera reluciente cuando volviérais.¿Verdad que brilla todo? Os echaba de menos en esta blogosfera.
Miles de besos y miles de rosas para daros la bienvenida.
Gracias, fgiucich. Eso se intentaba, transmitir la calma y la serenidad que desprenden las vistas que ofrece una terraza muy especial.
Besos.
Malena querida, tenías la calle maravillosa. Hemos estado demasiado tiempo ausentes, pero la tercera del dúo se ha preocupado de mantener la calle limpia y abierto el camino que conducía de nuevo a ella.
Un beso mío, y una rosa de Etinarcadia, tan enormes que hagan por mil. (ahora va y se me enfada porque él también querrá besuqueo, ya verás... ;-))
Maravilla de maravillas, parece que has estado en el ultimo sitio al que fui de viaje, por alla, en las afueras cercanas de alicante, con toques de ese ritmo marino, de andar de señoras por el puerto, de caminar hacia el campo...un abarzo.
Hola, me encanta este verde, verde, verde, con las puertas todas de Calle Quimera abiertas a la poesía de las cosas...
Un abrazo.
Una estampa que nos hace imaginar y gozar la serenidad que se desprende de ella.
Abrazos dobles
6 meses 6 hace que leí esto.
6 meses 6 que casi no os encuentro.
Entonces os dije que cada atardecer es diferente.
Ahora, que me habéis recordado un atardecer entre palmeras que me tiene todavía los papeles revueltos, os diré que el mismo atardecer es diferente para cada uno que lo contempla.
Aunque en este caso creo haber tenido la misma sensación que vosotros, quizá en un atardecer distinto.
Besos. Abrazos. Muchos.
ya no es el atardecer veraniego, ni siquiera el verano..es la manera de decirlo...es una pena que pase...pero está buien para que llegue el próximo...un abrazo a los dos callejEros...de QUIMERA
Ya estoy devuelta yo tambiún y empiezo a dejar mis huellas por los tejados de mis amigos.
Esta semana ya he comenzado mi vida social...
Nos has dejado una poesía muy fresca y transparente como la vida que siempre queremos a veces reflejar y no nos atrevemos...
Pero lo cierto es que es muy tierna y hermosa consiguiendo que nos llegar....
Os dejo en vuestras manos en prenda, mis alegrías y sonrisas para que os protejan la semana.
Muackkkkkk
Muackkkkkkkkkkkk
Un abrazo de corazón y con el corazón.
Queridos amigos,
Me ha encantado la serenidad que se entreteje en estas líneas veraniegas. Casi, sin darme cuenta, me he dejado envolver por su música, y el día me ha parecido más verde.
Hermosas líneas... llenas de calor y de sensaciones parcialmente ingrávidas. Me encanta.
Pues no creas, Prometeo, este lugar está bastante cerca de Alicante. Seguramente, ese aire marino y de garbeos femeninos del que hablas los da la tierra..
Besos, y salud.
En todo hay poesía, Wara, hasta en la fealdad, solo hay que fijarse un poquito para poder verla y contarla.
Besos, y salud.
Es lo que se intentaba, Trini, reflejar la serenidad y la calma que desprende este lugar. Gracias por percibirla…
Besos, y salud.
Antifaz, cuántas veces aciertas en mitad de la diana… Esa máscara debe de darle una dimensión más a tu mirada. Llevas toda la razón, en esta ocasión ese atardecer ha sido diferente para los ojos a que en un principio iba destinado. Diferente y mejor….
Muchos besos para ti también, y mucha salud.
Todo pasa y todo queda, que decía el poeta, Manuel.. Pasa el verano, pero quedan muchas de las sensaciones que nos produjo, listas para volver el año próximo con fuerza y con los mismos colores, aunque con otros tintes.
Besos, y salud.
Ante todo, bienvenida, Gatita… Es una verdadera alegría tenerte de vuelta. Sí´que es cierto, muchas veces no nos atrevemos a reflejar momentos transparentes de la vida, suena como cursi, ¿verdad….? Pero está bien que de vez en cuando nos atrevamos…
Muchos besos, y más salud.
De vez en cuando viene bien aislarse de la música que suena a nuestro alrededor y prestar el oído a otra, aunque solo sea virtual, ^¿verdad, Fede?
No sabes cuánto nos alegra que el día te haya parecido un poquito más verde...
Un gran abrazo, y salud.
Gracias por tus palabras y por tu visita, Angus, bienvenido a esta Calle. Etinarcadia y yo, Avalon, estaremos encantados con tu presencia siempre que te apetezca.
Besos, y salud.
Se requiere una sensibilidad exquisita para escribir así y sobre todo, para poder ver la poesía de las cosas...
Abrazos y besos, queridos míos.
Dices.... “en todo hay poesía hasta en la fealdad, solo hay que fijarse un poquito para poder verla y contarla.”
Y añado... para contar todo lo que uno ve desde una terraza (incluidas las más feas, je), no basta con ver y mirar sino que es necesario sentir cada uno de esos verdes, de esos azules, de ese olor a mar y a hierba fresca.
Pero para contar en forma de poesía estas pequeñas sensaciones que a todos nos rodean, hace falta ser dulce y cálida brisa para poder acunar las palabras como Avalon hace... ;)
que bello ... en la simplicidad de la vida, yace el gozo de la misma ...
cariños, visitando tu casa.
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