sábado, 28 de abril de 2007

TRES PUERTAS


TRES PUERTAS

Una sola puerta de tres, abierta.
Una sola puerta.
Enfrente, la montaña.
Pasa la nube inmensa;
toda suya... todo suyo.
Huracanes de vientos;
lluvia andante semiparalela
y en todo el monte funerales alegres, naturales,
de hojas muertas.

Los cabellos terráqueos danzan todos iguales
al son de trompetas invisibles que vienen de los mares.

Llegó el otoño; llegó la muerte...
¡Mas no para todos!
Hoy morirán hojas y animales.

Mas no morirán del todo y, en su transformación de mañana
darán
con más calor
a la tierra,
de su muerte,
pasado mañana,
brotes de esperanza.

Y yo no he muerto.
Me alegro de la lluvia
y me alegro del viento.
Si tengo frío, me caliento;
si tengo miedo, ¡Que no lo tengo!,
susurro y pienso...
y para mañana
ya me he comido mi pequeña ración de esperanza.

Una sola puerta de tres, abierta.
Una sola puerta inmensa.


Él, Chinato, - grande, sólido - , es la montaña que se iergue en el escenario entre nubes de glicol de propileno; huracanes de vientos es su voz profunda, bronca, aguardentosa, con que recita... no... más bien escupe, grita desafiante, casi con desgarro, su canto a la eterna paradoja del ciclo de la vida y la muerte, que se desnuda de su crueldad para vestirse de gozo y esperanza. Como lluvia menuda acompañan al huracán de la voz de Chinato las punzantes notas que desgrana, al principio con lentitud ,una guitarra, para convertirse en lluvia torrencial al ir sumando guitarra tras guitarra, instrumento tras instrumento e incrementando poco a poco el ritmo, cada vez más vibrante, hasta llegar a la alienación.




Manolo Chinato es ganadero. Nacido el 31 de diciembre de 1952 en Puerto de Béjar (Salamanca), ejerce de bardo asilvestrado en sus ratos libres. Sus poesías tratan temas de amor y desamor, de soledad, y algunas están cargadas de protestas sociales. El único libro que ha escrito se titula "Amor, rebeldía, libertad y sangre".

Ha colaborado con varios grupos de rock: es el autor de letras de Extremoduro como "Ama, ama, ama" y "Ensancha el alma". Colaboró con el grupo Platero y tú, y grabó un disco con Fito Cabrales, Roberto Iniesta y Uoho llamado "Poesía básica". Con Marea participó en el disco "28.000 puñaladas" recitando uno de sus poemas.




ETINARCADIA

miércoles, 25 de abril de 2007

A MIL AÑOS LUZ


Si hay una banda de rock que haya roto moldes en su momento es 091, a mi juicio la mejor que ha dado nuestro país. Cuando Etinarcadia me los "presentó", hace unos años (gracias, compi...), me resultó sorprendente saber que algo como lo que ellos hacían se había podido abrir paso en la década de los 80, fundamentalmente asentada sobre lo insustancial.

Granadinos, liderados por José Ignacio Lapido, desgraciadamente dejaron de existir como grupo en 1.996. Fueron un paréntesis de lirismo y buena música en el panorama facilongo, intrascendente y comercial de buena parte del pop y el rock españoles de los 80, de aquellos años de chim-púm en que las aspiraciones más elevadas que podían leerse en la mayoría de las letras iban desde ese

"Me tumbo en la hamaca

pues no quiero trabajar

Oh nena, dale al pay pay

que me voy a asfixiar"

o

"Ey...yo te invito a una copa o dos, porque yo

soy el más grande, yo soy el mejor

tengo un Porche en la puerta que no está nada mal"


ambos de Objetivo Birmania, a esta otra de Olé Olé:


"No controles mi forma de bailar

porque es total y a todos les excita

No controles mi forma de mirar

porque es total y a todos enamoro"


pasando por aquellos Hombres G que no tenían tampoco mayor pretensión que quitarle el sujetador a la chica de ya ni recuerdo qué canción o echarle polvos pica-pica al que le había birlado a la novieta.

El currículo de José Ignacio Lapido, guitarrista, vocalista, compositor y alma de 091, llenaría páginas, pero a modo de resumen podríamos decir que ha escrito guiones para TV, piezas de teatro, poesía, crónicas y artículos periodísticos y que compone música y letras para grupos, además de para banda sonoras.

Lapido es un compositor de temas "con mensaje", pero en absoluto dogmático ni panfletario, ha tenido siempre un discurso propio, sincero y coherente. Es malabarista de metáforas, como he leído por ahí, poeta triste de la vida, de la calle... Perdedores y personajes marginales deambulan atormentados, como sin norte, por sus letras, enredados en vibrantes notas escupidas con rabia y a veces desesperación por guitarras eléctricas y baterías, convencidos de que la felicidad no es más que una entelequia en una sociedad ahíta de mentiras y falta de revolución, en la que el ángel de la guarda de cada cual está por ahí perdido, esnifando cocaína. ¿Dónde, pues, la salvación? Si un día creyeron que al menos el amor vendría a redimirlos, no tardaron en darse cuenta de que también él suele pasar de largo. Vagan desorientados por laberintos de tormentas mentales, intentando bordear arenas movedizas sin conseguirlo casi nunca, escupiendo contra el viento, buscando sin encontrar, errando por caminos equivocados, fluctuando entre la cumbre y el abismo...

Son las de Lapido canciones de cuna y rabia, protagonizadas por personajes que se arrastran entre el agnosticismo, el escepticismo, los anhelos frustrados, la desesperación por el tiempo que pasa… Muchos de ellos, como antes decíamos, marginales, pero a los que este bardo urbano reviste, como dice él mismo, de una cierta dignidad poética, de un estoicismo que los distancia del victimismo típico.


Generalmente los dedos del granadino relampaguean sobre cuerdas de guitarra para extraer sus punzantes notas, y arrancar de cuerdas y notas a personajes atormentados y heridos enhebrados en ellas. Pero en ocasiones esos dedos se remansan en acústicas o eléctricas que alumbran hermosos arpegios punteados, acompañados de lentas baterías y teclados que van dejando caer sus notas como tintineantes gotas de agua... Y la música se hace poesía, y la letra más... Poesía intimista, como la de "A mil años luz", una de las más bellas canciones de Lapido y que para mí posee unas connotaciones especiales.




He visto tu cara ardiendo en un lienzo de agua

y me he sumergido en un sueño sin poderte tocar

formando un mosaico de sombras,

buscando a ciegas lo que sé que no está.


He acariciado siluetas danzando en la niebla

he atesorado los días que te vi sonreír

así se hace eterno el instante,

la última página antes del fin.


Aunque te sueño en azul

ando perdido en un juego de espejos

sigues estando tan lejos

a mil años luz

a mil años luz.


He destilado la luz escarchada del alba

si nuestros pasos se cruzan la podremos beber

como un vino de suaves llamas

que nos recuerde lo que fuimos ayer.


Aunque te sueño en azul

ando perdido en un juego de espejos

sigues estando tan lejos

a mil años luz

a mil años luz.



Casi como en el mito de Narciso, un hombre contempla en el estanque el reflejo del rostro amado, pero esta vez el de una mujer. En este tema y en la mayoría de los de Lapido, el amor, metaforizado por el fuego como tantas veces se ha hecho en la literatura, parece pasar de largo, estar " a mil años luz". El reflejo de la amada en el estanque se desvanece sin poder tocarla. Tanto el amor como el objeto amado fluctúan entre la irrealidad y el deseo, resueltos en intangibilidades : "siluetas danzando en la niebla", todo puro juego de apariencias y anhelos insatisfechos: " sumergido en un sueño sin poderte tocar/ formando un mosaico de sombras,/buscando a ciegas lo que sé que no está". Sin embargo quizás quede un resquicio para la esperanza, un rayito que se abre paso entre la brumosa irrealidad en que se desarrolla el poema: "He destilado la luz escarchada del alba/ si nuestros pasos se cruzan la podremos beber",embotellada en el mismo surrealismo que envuelve la composición. Solo quizás...

AVALON

domingo, 22 de abril de 2007

SOMOS


Tras un cristal eterno, mi Esperanza,

vestida de mujer, no sabe quién es.

La vida ya no la espera, pasa, y

ella, invisible al día, solo mira.

Yo dibujo dolor en la acera, tiempo perdido

sale por mi boca, mi postura

me acerca a Dios.

Ojos húmedos, corazón que despierta

fugaces escaleras bajo sus pies,

dudas rotas en mil pedazos, vida.

Su mano en mi hombro detiene el tiempo,

el dolor y el miedo desaparecen,

y mi Esperanza alienta mi alma.

Extraño encuentro en la ciudad gris,

hoy dos manos unidas caminan

al compás de un solo corazón.

No más ventanas lejanas al mundo,

no más aceras de tiempo adornadas.

Una mujer y un hombre, dos personas

sueñan en libertad.

ETINARCADIA

miércoles, 18 de abril de 2007

ALMAS GEMELAS


Según los reencarnacionistas, al ser creados fuimos seres completos, una unidad o átomo total que integraba lo masculino y femenino en absoluta armonía. Al desprenderse del Plano Búdico, el átomo se separa en dos mitades, y cada una asume un sexo. Inconscientemente añoramos esa unión perfecta y cálida que alguna vez conocimos, y con una sensación de vacío, sintiéndonos una mitad incompleta de un todo, vida tras vida buscamos incansablemente a esa otra mitad perdida que nos corresponde y que nos complementa.


Estamos destinados a buscarnos y encontrarnos siempre, en cada ciclo de vida. Toparse con el alma gemela es como mirarse al espejo y verse reflejado uno mismo en un gemelo, un otro yo, otra parte de mí, idéntica. El espíritu, la esencia de cada persona, tiene un reflejo perfecto en otra. El cosmos y el destino confabulan para posibilitar el encuentro, que está pactado antes de la reencarnación de ambas partes, aunque a veces sea difícil reconocerla ya sea porque sus características nos irritan, porque su situación no concuerda con la nuestra (por ejemplo, no es libre), porque vive a miles de kilómetros de distancia, o simplemente aún no nos reconoce . El resto es cuestión de intuición, de saber advertir las señales que esa persona y nuestra relación con ella nos va dejando a cada paso a la espera de las que descifremos. Algunas son externas, y otras sólo las sentiremos en nuestro interior, como una certeza de que esa persona “es”, por mil razones que no seremos, quizás, capaces de verbalizar. Podemos sentir algo especial por alguien, un sentimiento que nadie más nos inspira, y aún así no reconocerla como tal. Convivimos con ella vida tras vida en distintos tipos de relaciones: padres e hijos, amigos, pareja, maestro y alumno, etc… Pero siempre hay claves a las que atender: telepatía, gozo, un profundo sentimiento de fusión, atracción intensa por la otra persona. Una conexión total, a otro nivel. Si se encuentra a una persona del sexo opuesto con la que se siente que se logra un desenvolvimiento espiritual que jamás se podría alcanzar por sí mismo (a) , con quien se coincide en el gusto por los mismos temas, se intercambian ideas constructivas y se busca en conjunto una elevación cultural e intelectual; alguien con quien incentivarse mutuamente, cuyo estado anímico se refleje en el de uno como en un espejo, que llore sus lágrimas y ría su risa, con quien el buen humor sea la tónica y la complementación perfecta, como un todo único; alguien por quien se sienta atraído (a) por una simpatía arrolladora y una conciencia superior, donde a veces no existe la necesidad de palabras pero sí la de conversaciones que duran horas, donde ambos se escuchan con atención; una persona con quien se comparte una enorme voluntad por ayudar a las personas e incluso se produce una atracción física y sexual, es posible que sea el alma gemela.


Siempre que se habla de este tema imaginamos idílicas historias de amor, llenas de felicidad. Pero el alma gemela es un concepto bastante más complejo que la popular idea de la media naranja, y tiene más que ver con un proceso de crecimiento personal y espiritual, ya que las relaciones interpersonales no tienen por único objetivo el hacernos felices, sino el enseñarnos a evolucionar, a crecer y aprender. Las relaciones, del tipo que sean, son la gran escuela para el progreso del alma, una prueba en terreno para determinar si hemos aprendido nuestras lecciones, y hasta que punto nos acercamos hasta nuestro plan vital determinado. Por eso mismo, muchos sostienen que nos reencarnamos una y otra vez con las mismas almas, para representar distintos papeles y aprender todo lo que necesitamos acerca del amor, la energía más poderosa del universo.

¿Qué opinas tú de todo esto? ¿Crees en la reencarnación, en la existencia de almas gemelas? ¿Tienes o has tenido alguna persona a la que puedas denominar así?

AVALON

domingo, 15 de abril de 2007

UN HOMBRE SIENTE

Un hombre siente, y escribe esto:

AMOR, SI FUERAS AIRE Y RESPIRARTE

Y si fueras, Amor, vino y beberte.
Si fueras sombra para no perderte.
O si fueras camino y caminarte.
Amor, fueras cantar para cantarte.
Fueras hilo en mis manos y tejerte.
Que mi alimento fueras y comerte.
Si fueras tierra, Amor, para labrarte.
Si fueras para más que para amarte:
Amor, Amor, Amor, si fueras muerte.




Pero las entrañas de este mismo hombre sangran esto otro:


LA HORA QUE HIZO TEMBLAR AL MUNDO


Cuando se dieron cuenta ya era tarde:
irremisiblemente se acercaba.

Al principio hubo varias opiniones.
No faltaron los radicales
que pretendían acabar con todo
aunque fuera tomando medidas extremadas.
Otros optaron por la indiferencia.
Los más se dividieron en comités profundos.

No obstante, se acercaba
sobre seguro paso irremediable.

Yo me puse a cantar entusiasmado.

Muchos salieron, sordos y terribles, a cerrar los caminos,
a envenenar los ríos,
a interrumpir los arcos de los puentes,
a inventarse murallas.
Los demás se quedaron cavando las trincheras,
armando barricadas,
decretando las leyes marciales más terribles.

Yo seguía cantando cada vez más alegre.

No hubo modo posible:
inútil todo:
nada le detuvo.

Cundió el pánico entonces,
cundió la indignación y el heroísmo:
algunos sucumbieron en la lucha
víctimas de cuestiones sumamente biliares
y de graves asuntos oficiosos.

Y cuando al fin llegó
la población entera dio de gritos:
la mayoría se arrancó los ojos con los codos.
Entre la confusión
muchos murieron tumultuariamente.
Los más desesperados llegaron al suicidio.
Por no hablar de los otros:
aquellos que en la tribulación atormentados
les cortaron los órganos genitales al hijo y a la hermana.
Fueron cosas tremendas.

Yo seguía cantando pleno de paz y júbilo.

Se acercó a mi guitarra.
Sonrió.
Hizo sonar las cuerdas dulcemente.
Metió una mano dentro de mi pecho
y acarició mi corazón alegre como a un perro.
Me dijo no cien veces con acento infantil.
Y se alejó con una gran sonrisa,
por sobre la catástrofe y los muertos,
por sobre los heridos y las ruinas,
por sobre la humazón y los escombros,
por sobre mi guitarra destrozada,
mi corazón colgando pecho afuera
y mi espérame espérame.

Se alejó irremediablemente en su sonrisa
hacia quién sabe dónde.

Lo peor de la tragedia
es que toda esta historia son mentiras.

¿Por qué...?


El hombre que sintió y sangró estas palabras y estos sentimientos fue Manuel José Arce, poeta y dramaturgo guatemalteco nacido en Ciudad de Guatemala en 1935, una de las voces más importantes de la cultura de este país. Fundamentalmente poeta, cultivó también con éxito el teatro. La intensidad y la profundidad de su obra lo llevaron a obtener importantes premios centroamericanos. En la década de los ochenta debió exiliarse en Francia por las constantes amenazas por parte del régimen de Lucas García. Desde allí escribió unos duros poemas en contra del gobierno de Guatemala, publicados después de su muerte en el exilio, en 1985 en Francia.

Hoy nuestro saludo más cordial va dirigido a nuestros amigos guatemaltecos: Abandré, SCD y Freddy.

CALLE QUIMERA

jueves, 12 de abril de 2007

HOY



Hoy sé lo que realmente merece la pena, y aunque hace años dejé marchar con dolor a la mayoría de mis sueños ahora entierro en macetas mis carencias, y vuelvo los ojos a todo lo que tengo y a diario se acerca a mí. Hoy no es de esos días en que la tristeza vive en mi misma jaula, pegadita a mí, susurrando en mis oídos y quemando mi cuello con su aliento cuando se acerca a besarme. Hoy, al menos, es ave migratoria. Hoy estoy reconciliado con el mundo, conmigo mismo, a salvo de más daño. Aun así, aquí no hay ningún terreno estable. Parte de lo que nos hace humanos es lo que somos para otras personas, y lo que esas personas llegan a ser para nosotros. A veces echo de menos SER para alguien, ese trocito de cielo.

Hoy me asomo a la pantalla del monitor, y soy voz que habla, grita,llora, sonríe, y oídos que escuchan a otros que hablan, gritan, lloran, sonríen... Acerco mi mano al cristal y desprende calor, recoge calor de otras manos. Sin embargo, también sé que lo que hay tras esa pantalla es efímero, que tal vez todo sea de prestado y cualquier día se transforme en humo de cigarrillo que puede desaparecer al menor golpe de aire. Pero hoy también sé que me gusta decir lo que siento, y gritarlo aún más.Yo no creo en el honor........lo siento con fuerza dentro de cada buena persona que habita este podrido mundo.

Avalon dijo: fuerza y honor. Y en ello estamos.....

ETINARCADIA

domingo, 8 de abril de 2007

SEÑORES DEL TIEMPO







Enormes puertas de roble se abren solas ante mí, centímetro a centímetro, con lentitud. El agudo chirriar de los goznes produce un eco inquietante en la inmensidad del vacío salón, vestido con pesados cortinajes de terciopelo rojo. Solamente lo ocupa un reloj de proporciones gigantescas. Su gran esfera me llama... Camino hacia ella despacio sobre el suelo de damero, como hipnotizada, y me detengo enfrente. Sé lo que tengo que hacer... Entro en la esfera y me siento sobre una de las manecillas, que en ese mismo momento comienzan a girar hacia atrás, en sentido contrario, recorriendo su circunferencia y pasando sobre las cifras al principio con extrema lentitud, para ir ganando progresiva velocidad. Se difuminan los contornos del salón hasta desaparecer totalmente sus paredes, el damero del suelo, los rojos cortinajes...

Grandes y desvaídas masas nubosas en todos los tonos de grises se mueven sin cesar, y me envuelven ahora. Entre ellas diviso unas escalinatas que no comienzan ni terminan en ninguna parte. Son las que Kronos cincelara en los principios de todo lo que existe. Los Señores del Tiempo han abandonado definitivamente las agujas del reloj, y cubiertos por sus capuchas, envueltos en sus negras túnicas, bajan majestuosos, clepsidras en mano,los escalones, hasta perderse entre los jirones blanquigrises que todo lo ocupan.

En ese momento, las horas salen despedidas violentamente de la esfera en todas direcciones. Poco a poco van adquiriendo corporeidad, y moldeándose en translúcidas figuras. Erguidas, flotando inmóviles en el éter, enarbolan sus violines y tocan su música, la música del no-tiempo. A su son comienzan a agitarse las mareas, que diviso con claridad desde la masa de nubes. Pero la perturbación solo dura unos instantes; enseguida las azules superficies retornan a un movimiento cada vez más pausado, que llega a ser ingrávido. Las surca como a cámara lenta un decrépito barco fantasma, con las hinchadas y desplegadas velas hechas jirones. Hiende la quilla sus aguas, y a su paso levanta espumeantes estelas blancas que se estrellan contra ella con ímpetu ralentizado, y regresan a las olas deshaciéndose en lánguidas y blanquecinas hilachas, como lienzos de encajes rotos. La figura de la espectral nave, en irreal balanceo, se va perdiendo lentamente a lo lejos. Lleva mi vida dentro...

En la línea del horizonte tornasolado en granas y oros emergen de las aguas soles y después lunas, sucesivamente, los unos bolas de fuego rojo, las otras bolas de fuego blanco, nimbadas de irrealidad. Y se suceden noches y días sin descanso, cada vez más rápido, hasta convertirse en telones blanquidorados que se relevan a velocidad de vértigo con otros negros, tan enloquecedoramente rápido que llega un momento en que no se distinguen uno y otro color. De repente la esfera del reloj estalla... Es extraño, no ha hecho el menor ruido... Los mil fragmentos en que se ha astillado, y yo misma, salimos disparados en mil direcciones, para ir a caer en el ejército de nubes que ha tomado el relevo al kinetoscopio de días y noches. Corren raudas, como empujadas por un apremiante viento, en un juego de sepias y grises que apenas permiten ver algún jirón de azul del cielo que casi cubren por entero.

Desde la nube diviso el barco fantasma surcando a la deriva los mares. Continúa alejándose, para siempre... En un estado de total delicuescencia me siento fundir poco a poco con la nube, hasta que el último de mis átomos forma parte de ella. Ahí quedan mis lágrimas. Cuando llueva caerán a la tierra mezcladas con la lluvia, para ir a formar parte de la memoria de los árboles.

AVALON

viernes, 6 de abril de 2007

ORGANISMOS CIBERNÉTICOS



Encerrados en sus casas todo el tiempo libre, una muchedumbre doméstica que crece y crece va abandonando las costumbre de aquel animal de palabras que salía a la calle a localizar, comprar, divertirse y, en suma, establecer contacto directo con sus congéneres. Un tiempo desaparece y otro surge, aún indefinido, poblado de cyborgs adictos a la realidad virtual que dirime sus sentimientos o deseos ante una pantalla casera y que tanto puede abrirse al mundo infinito de las webs sin moverse de su asiento como, por medio de chats o sms, establecer una comunicación sin fronteras, multiple y en tiempo presente. No hablo de ciencia ficción sino de un mundo de emergencia incontenible con el que deben convivir quienes nacieron en tiempos de la radio o letra impresa y que incluso empieza a ser ya pasado con los millones de nuevos ciudadanos cyborgs, un hombre entre cables y otros abalorios, que entran cada día en otro mundo paralelo con solo teclear en su ordenador, por ejemplo, las palabras "second life".

Es el metaverso, un espacio virtual generado por ordenador donde los usuarios, conectados, pueden vivir una doble vida y crear incluso su alter ego, una nueva personalidad que les permite comprar, vender, presentar obras de arte... Es mucho más que un videojuego, es un desdoblamiento de personalidad de consecuencias impredecibles.

¿ No les causa a ustedes, hijos de Marconi y Gutenberg, sensación de pánico ?
Tomémoslo con calma que no es el fin del mundo sino solo uno de sus temblores, pero el sálvese quien pueda suena ya por todas partes.

Cada cual en lo suyo y ni dios en lo de nadie.

FERNANDO FRANCO


AVALON

lunes, 2 de abril de 2007

MI ALMUHADICA


Soy un niño pequeñito. Mi mamá dice que tengo dos años, algo así creo haber escuchado... He oído en alguna ocasión algo sobre "ocho", y otra cosa a la que llaman "marzo". Yo no entiendo, pero ver sus ojos brillar y mirarme con ternura me produce como cosquillitas, y sonrío.

Hoy percibo una sensación extraña , creo que se llama frío. Me cala los huesos, muerde mi piel, mi carne tierna... Solo pienso en mi almuhadica. Ya me lo he comido todo, me siento lleno, satisfecho, y el sueño me adormila plácidamente. Mi mamá me besa, y me lleva entre sus brazos amorosos a la camita. Que ganas tenía... Hace frío.

Al fin con mi almuhadica. Mira que la quiero... La abrazo y me acurruco en ella, protegido como un caracolico de esos que mi papá busca en los días de lluvia, encogidico.

La luna, que es una cosa redondita y blanca que está en el cielo, me canta su nana. Yo no oigo nada. Aovillado, tapadico hasta el cuello, con mi almuhadica... qué bien estoy.

Soy un niño de dos añicos, muy calentico, con mi almuhadica. ¿Y tú, querrías ser un niño de dos añicos? Si no tienes almuhadica, te doy la mía.

ETINARCADIA