
El día de hoy se tiñe de rojo, rojo con R de rabia;
de negro, negro con N de impotencia...
Hace ya tiempo quedó desterrado de la paleta
el blanco de la esperanza.
Hoy entiendo todo, y no me atrevo a hacer nada.
Mi hígado o mi corazón en cualquier momento dirán "basta",
y mi vida confusa, cobarde y mentirosa
hallará al fin sosiego en el piadoso regazo de la muerte.
Ya no sé gritar al viento, soy una aguja en un pajar.
Vueltas y más vueltas, un círculo maldito.
Y sin valor para aplastarlo...
El alma consumida en frías llamas.
Mi revolución ha sido un fracaso,
solo mi sangre alimenta las trincheras.
Mi sangre, mi dolor y la soledad.
Más rojo, más negro, más fuego en el alma...
Polvo, escombros, humo...
Estoy solo en mi locura diaria,
y no hay compañero que muera conmigo... No lo hay.
Únicamente vacíos silencios de muerte,
de una muerte lánguida, interior,
que no me mata sino que me muere lentamente
en este decorado falso de mi vida.
Hoy he llorado y mis lágrimas no han llegado al paraíso.
La puerta estaba cerrada y había un cartel
que decía: CERRADO POR ABURRIMIENTO.
También ahí arriba, como aquí abajo,
aburridos de las mentiras diarias,
cansados de no gritar la verdad
de esconder la cabeza como un avestruz.
Y yo no doy para más.
Dame un arma, un campo de batalla y mi pensamiento,
y no lo dudes: moriría por ti.
ETINARCADIA