lunes, 13 de agosto de 2007

SECRETOS



Anhelos jamás confesados ni a nosotros mismos en nuestra más estricta intimidad, deseos imposibles, ilusiones que rayan la quimera… ¿Quién no los tiene? Es ese lado secreto que en realidad, en mil ocasiones, es lo que verdaderamente refleja el espejo al que nos asomamos, por mucho que para no verlo nos coloquemos frente a él con la luz apagada.... Es la parte más real de nosotros, la que más nos identifica y desmarca de la manada.

Unas veces apagamos la luz porque ese "secreto" no es políticamente correcto, otras porque ni siquiera somos capaces de identificar qué es exactamente eso que anhelamos pero que se nos escapa al entendimiento, otras porque es tan difícil defenderlo a capa y espada de las servidumbres que nos aplastan en la vorágine de la rutina diaria que nos amparamos en ese "Mañana empiezo" para lo mismo decir mañana... Y ese mañana se nos convierte en nunca, porque somos cobardes, o incapaces, o indolentes para vivir ese secreto de tumba como debiéramos. A veces incluso por un exceso de bondad, de respeto a los que nos rodean, por no hacer daño.

A veces por miedo a conseguirlo…

Lo cierto es que esas intenciones en muchos casos se quedan en eso, en intenciones, en una promesa que nos hacemos, una y mil veces rota, de aceptar el reto y al menos intentar ganarlo. Una y mil veces traicionarnos...

Desde luego, siempre hay quien de verdad lo intenta. E incluso gana. Eso es ganarse a sí mismo, el premio es uno mismo. ¡Casi nada...! Merece la pena lanzarse el guante y recogerlo. Y luchar con ahínco por ello. Conquistar el lado “oscuro” de uno mismo es poner una bandera en la luna.

AVALON

36 comentarios:

Valentin dijo...

Por comentarios
en otros blogs llego al vuestros. En un principio, presento mis respetos a Calle Quimera, con mis saludos cordiales.
Como asiduo visitante de blogs, espero y deseos seguir haciendo igual con el vuestro.
Mi trato lo deseo siempre cordial, pero como digo siempre, "lo cortés no quita lo valiente" y para empezar, el de hoy sobre el pots, como lo encuentro ecléctico y mucho para los 60 años que tengo, ni entro ni salgo.Amén.

Saludos afectuosos.

Valentin

Calle Quimera dijo...

Seas muy bienvenido a esta Calle, Valentín. Gracias por haber tenido la deferencia de venir a visitarnos; será muy agradable tenerte entre nosotros de aquí en adelante.

También en Quimera aspiramos a esa cordialidad que mencionas; todo el mundo es libre para opinar a favor o en contra del tema propuesto, para debatir, para expresar opiniones, evidentemente dentro del marco del más estricto respeto. Efectivamente, como dices, "lo cortés no quita lo valiente".. :-)

Saludos muy cordiales, Valentín. Bienvenido, de nuevo.

María Narro dijo...

¿somos cobardes o juiciosos?
Es algo a lo que no encuentro respuesta. Peo dudo que por no llegar a poner esa bandera en la luna vivamos menos, tal vez más... pero de otra forma.
Un beso.

Anónimo dijo...

Más que conquistar el lado oscuro deberíamos intentar tener conciencia de él en nuestros actos cotidianos, pero, el asunto se presenta muy complejo, demasiado...
MIS SALUDOS, AVALÓN

Anónimo dijo...

Esta sociedad, nada más nacemos, enseguida nos coloca taparrabos. Y empezamos a crecer en la controversia: El deseo y la fe. Pero la fe no mueve montañas, el deseo si, de ahí que, por corbardes o moralistas o juiciosos, las pasiones estén enterradas en secretos. Pero, a pesar de ello, hay que dejarles abiertos orificios por donde transpiren tersos. Esto es complicado.

Muy buena reflexión.
Un beso

G.Ruiz dijo...

Queirda Avalon creo que yo me he quedado en intenciones solamente cuando he intentado reducir la cintura que hace chico rato que crecio no mucho pero ya lo hizo.
Excelente post.
saludos

Calle Quimera dijo...

Me temo que unas veces juiciosos y otras cobardes, María. Todo depende del secreto de tumba de que se trate, y de por qué no nos atrevemos a enfrentarnos a él y a darle vía libre.

No, desde luego que no viviremos menos por no llegar a colocar esa bandera en la luna. Pero según el tipo de insatisfacción que genere esa asignatura pendiente que tenemos con nosotros mismos viviremos peor, o sencillamente nos limitaremos a pasar de puntillas por este mundo, vegetando más que viviendo. O no, o llegamos a asumir de tal manera la imposibilidad, por las razones que sea, de satisfacer esos anhelos que podemos ser felices con lo que buenamente se extiende al alcance de nuestras manos. Hay tantas variables como insatisfacciones y maneras de enfrentarse a ellas. Y como maneras de enfocar la vida.

Besos.

Calle Quimera dijo...

Ya lo creo que es complejo, Paco. ¿Cuántos de esos deseos, insatisfacciones, secretos... puede haber? ¿Hasta qué punto nos afecta tener que esconderlo? ¿En qué medida condiciona nuestras vidas, el concepto que tenemos de nosotros mismos? ¿Nos hacen cuestionarnos si realmente estamos viviendo una realidad falsa, si estamos desperdiciando la única existencia que en verdad conocemos?

Ya lo creo que es muy complicado, porque hay mil secretos y tantas formas de vivirlos como personas existen en el mundo. De todas formas, creo que ya intentar y conseguir tener conciencia del particular de cada cual en nuestros actos cotidianos es una conquista.

Besos.

Calle Quimera dijo...

Y lo malo es que esta sociedad no solo nos coloca taparrabos en el
cuerpo, Victoria, sino también en la libertad de ser, de expresarse.
Convencionalismos de todo tipo, prejuicios, uniformes... Hay momentos en que ya no sabemos si realmente tenemos derecho a cruzar determinadas fronteras, momentos en que no sabemos dónde está la fina línea del derecho individual que todos tenemos a ser felices con el deber de no hacer daño a quienes nos rodean.

Lo que ya no tengo nada claro es si conviene dejar orificios para que
respiren esas pasiones, deseos, etc que tenemos encerradas en secretos (al menos algunos de ellas) o si es mejor enterrarlos definitivamente para evitar el desasosiego, las contradicciones y las frustaciones que genera vivir de una manera y querer hacerlo de otra, desear y no tener, quere ser y no ser...

Un beso, Victoria.

Calle Quimera dijo...

Bueno, Gustavo, no es grave tener un poquito más de cintura de la que uno quisiera. En ese tipo de cuestión, pasar de la intención a la acción no es tan difícil... Pero, ¿te digo algo? Odio los gimnasios.. ;-)

Un beso.

Raùl Junquera dijo...

despues de tan hermoso escrito y tan dulce mùsica solo me cabe decir ¡¡CHAPÒ!!, mi mujer lo leyò conmigo, quedò maravillada.......

saludos a cara A
saludos a cara B

Raùl Junquera dijo...

despues de tan hermoso escrito y tan dulce mùsica solo me cabe decir ¡¡CHAPÒ!!, mi mujer lo leyò conmigo, quedò maravillada.......

saludos a cara A
saludos a cara B

Anónimo dijo...

Uno se aferra en la vida en la lucha para derribar los muros que se alzan frente a la vista, en cercenar todas y cada una de las censuras impuestas hasta que, en algún momento, nos damos cuenta de que la más severa y tirana de las limitaciones nos la ponemos nosotros mismos, radica en nuestra propia esencia, en el insondable interior que todos tenemos. El lado oscuro, si, ese espejo de deformidades, aterrador en ocasiones, que deja ver sus imágenes cuando menos lo esperamos. Sólo nos queda aprender a vivir con ello e intentar hacernos amigos de nuestros fantasmas.
Vino y besos.

Mónica Lima Quinto dijo...

Precisamente eso sucede con las metas, sin embargo, llega un momento que el no tener lo que querés te hace daño, tal es el caso de las adicciones, cuando tocamos fondo, resurgimos (¿es por el cigarrillo?). Excelente, nos pone a meditar y la música es esquisita.
una pregunta ¿cuántas horas distan de España para Guatemala?, saludos

yraya dijo...

Desde luego que el que no arriesga, no se atreve, no se decide se traiciona a si mismo.

Un besito Avalon

Anónimo dijo...

Una bandera en la luna, casi tanto como una quimera...


Aunque pensemos que el que lo consigue es el valiente, a veces, hay que ser muy valiente para quedarse quieto y no arriesgarse...

Todos tenemos ese lado oscuro, algunos lo reconocemos y lidiamos lo mejor que sabemos y podemos o, nos dejan, con el. Otros lo niegan, y eso sí que es triste.

Un abrazo

Calle Quimera dijo...

Muchas gracias, Raúl, y a tu mujer por leernos. A la otra cara del disco le gustará saber que te pareció bien la música; el es el DJ de esta Calle, él se ocupa de esa parte de los posts casi siempre.

Un besote, y por supuesto salud de parte de mi coleguilla.

Calle Quimera dijo...

Es cierto, Manuel, en muchas ocasiones no hay peor tirano y censor con las imágenes que muestra el espejo que uno mismo. A veces porque chocan frontalmente con lo socialmente establecido, otras con lo que establecemos nosotros de forma individual, por nuestra cuenta, que a veces es aún más restrictivo que lo impuesto y aceptado... Casi siempre, el miedo a la verdad, a darnos de bruces con ella.

Es difícil generalizar en este tema porque ya se sabe que hay tantas lecturas de un texto como lectores, y en uno con esta temática quizás más aún. Cada cual estará interpretando estos "secretos" a medida del suyo propio, y a tenor de ello enfoca su comentario. Pero en líneas generales te diré que estoy totalmente de acuerdo contigo: solo nos queda la reconciliación con nuestros fantasmas, tanto para asumirlos si deseamos sacarlos del armario y vivir acordes al nuevo camino que nos marquen, como para resignarnos a renunciar a ellos y continuar conformes el sendero por el que transitábamos.

Besos.

Calle Quimera dijo...

Nada tan doloroso como anhelar y no tener, Mónica. Se puede renunciar a muchas cosas por amor a los que nos importan, pero ese amor y la satisfacción de saber que cumples con tu deber hacia ellos nunca alcanzan a enjugar del todo el dolor por el anhelo no cumplido.

Gracias por tus palabras, me alegro de que te haya gustado el tema del post y la música. Es Etinarcadia, mi compañero, quien la elige casi siempre, sea de quien sea el artículo publicado. Ya sabes, trabajo en equipo.. :-)

En cuanto a tu pregunta, si te refieres a distancia horaria creo que son unas 5 horas de diferencia las que hay entre ambos países, y hablamos de las horas que se tarda en llegar de uno a otro lugar, me parece que son unso 10 ó 12 horas en avión, más o menos. ¿Por qué, si no es mucho preguntar..? Curiosilla que es una.. :-)

Calle Quimera dijo...

Para mí es así, Yraya, el que no arriesga se traiciona a sí mismo. El problema viene cuando tienes que optar por la traición a ti mismo o la traición a los demás, a los que constituyen tu entorno. "Serio problema", como cantaba Jarabe de Palo...

Besotes, guapa.

Calle Quimera dijo...

Es lo que decía antes en otra respuesta a comentarios, Trini; hay tantas variables de "secretos" que, según de cuál se trate, unas veces el valiente es el que se arriesga y decide llevar una vida coherente con ese secreto, y otras el valiente es el que renuncia a él y seguramente a su propia felicidad por conseguir la de quienes le rodean. Hay que tener mucho temple para no dejar nunca traslucir lo que supone la renuncia, o al menos para saberlo camuflar de manera que no cause otro tipo de daño a quienes importan. Pero se consigue...

En lo que estoy plenamente de acuerdo contigo es en que todos tenemos un lado oscuro, y en que lo peor que hay es negarlo. Nada desaparece por mirar a otro lado... Cuando volvemos la vista a ese sitio, continúa en su lugar.


Un abrazo para ti también.

Raùl Junquera dijo...

vosotros teneis la capacidad de hacer recapacitar en muchas cosas, he de reconocer que en algunos de vuestros post tengo que reeleerlos hasta en tres ocasiones para entenderlos un poco, pero bien, todos muy bien, a ver si algun dia pongo yo mi bandera en la luna. saludos.

Calle Quimera dijo...

Es que hay que reconocer que a veces somos un poco complicadillos, Raúl.. Nos gusta una metáfora más que a un tonto unos lápices de colores, y además, en alguna ocasión, más que escribir, estamos pensando en voz alta, y claro, uno mismo es quien se entiende...

Hay veces que es mejor dejar la bandera enterrada porque ganarse a uno mismo puede implicar perder cosas que nos importan más aún. Ojalá la tuya sea de las que se pueden clavar en la luna, y te ganes a ti mismo sin tener que dejar en el camino nada esencial para ti.

Un besote.

PROSÓDICA dijo...

Todos tenemos secretos....esa parte de nosotros que es muy nuestra y no compartimos, que celamos. Miedo. Miedo a nosotros mismos, miedo a querer aceptar que se quiere algo con tanta gana, miedo a no reconocer que no nos somos suficiente. Y perdemos, al final perdemos, no sólo aquello que tanto anhelamos y no tomamos, sino perdemos esa parte de nosotros que nunca se supo completa por no tomar aquello.
Abrazos y en este si les digo SALUD!!!

El antifaz dijo...

Encontré un día un espejo que reflejaba mi imagen. No simétrica; idéntica. Con una nitidez exagerada; como nunca me había visto antes. A pesar de la fragilidad de los espejos, espero que este no se rompa.
Por supuesto, los secretos son secretos porque hay algo en ellos de ilegal, de bandolero – de pirata diría yo – que nos impiden airearlos. Mientras las olas del miedo saltan por encima de nuestra cabeza, hacemos eso que tú dices: traicionarnos a nosotros mismos por no traicionar a los demás. Ellos tan contentos, y nosotros… nosotros vamos dejando que el tiempo pase entre lamentos al espejo.
Que bien has descrito mi antifaz, mi quimera.
Un beso en secreto.

Calle Quimera dijo...

Has hecho un resumen perfecto, Acentuando, no me has dejado nada que añadir... :-)

Seguramente lo peor no es perder eso que anhelamos, sino saber que en ello queda prendido un trocito de nosotros mismos, y que nunca estaremos completos.

Besos, y ...salud

Calle Quimera dijo...

Muchas máscaras están expuestas en la pared de este post, Antifaz, y una de ellas es esa a la que te refieres. La tenía en mente cuando escribía estas líneas... :-)

Colocar una bandera en la luna es enormemente atractivo, pero para ello antes hay que estar muy seguro de que nos estamos reflejando realmente en ese espejo, de que el espejo también desea de verdad reflejarnos, y de que no nos queda otra manera de ser felices que rompiendo la baraja. Hay que sopesar muchas cosas, saber que merece la pena dejar atrás lo que dejamos y que no nos estamos dejando llevar por cantos de sirena.

El tiempo no debe dejarse pasar entre lamentos, sino entre reflexiones. Reuniendo certezas, no derramando lágrimas. Asegurándose de que ese camino que estamos tentados de recorrer es el único posible para ser honestos con nosotros mismos y con los demás.

Es complicado, Antifaz. Hay mucho que ponderar, y hace falta tiempo para adquirir esas certezas de que antes hablaba.

Un beso igualmente secreto.

Qué bien has descrito los espejos..

Mónica Lima Quinto dijo...

Porque yo tengo un amigo que vivió en Italia, eran 12 horas, nos "hablabamos" por internet, pero cuando yo desayunaba, el cenaba ¡increible!, quería saber si era el mismo tiempo, cuando si cuando ustedes duermen nosotros estamos despiertos.
¿cómo se llama la melodía?

Calle Quimera dijo...

Pues me temo que estaba yo equivocadísima, Mónica... Habida cuenta de que en Italia y en España tenemos la misma hora, la diferencia horaria entre mi país y el tuyo ha de ser la misma. Pensé que era meucho menor...

De todas formas, en la parte izquierda del blog tenemos un reloj; mira la hora que marca (hora española) y compara con la que tenéis ahí en ese momento. Y me lo cuentas, ya por curiosidad.. :-)

La canción se llama The Fosse, es de Wim Mertens.

Besotes.

Calle Quimera dijo...

Pues me temo que estaba yo equivocadísima, Mónica... Habida cuenta de que en Italia y en España tenemos la misma hora, la diferencia horaria entre mi país y el tuyo ha de ser la misma. Pensé que era meucho menor...

De todas formas, en la parte izquierda del blog tenemos un reloj; mira la hora que marca (hora española) y compara con la que tenéis ahí en ese momento. Y me lo cuentas, ya por curiosidad.. :-)

La canción se llama The Fosse, es de Wim Mertens.

Besotes.

El perro andaluz dijo...

Quizá las metas incumplidas o los sueños sin alcanzar, se conviertan junto a las cosas que callamos, en el deseo incombustible de algún día clavar esa bandera en la luna.
A seguir creyendo...
Mil besos Avalon.

Calle Quimera dijo...

Quizás, Allan, quizás... Aunque sepamos que nunca podremos coger esa bandera, y menos aún llegar a la luna. Al menos , soñar. Y creer. Quién sabe, a veces se producen milagros. :-)

Besos a montones, amigo.

Alberto López Cordero dijo...

Decía un poeta y trobador del siglo XX y también del XXI, que no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió...La mayoría de las veces esos anhelos e ilusiones se van perdiendo por el camino y las que logran sobrevivir nos suelen acompañar en soledad hasta el final de nuestros sias.Triste pero cierto. Un abrazo.

Calle Quimera dijo...

Totalmente de acuerdo con eso, Alberto, la peor nostalgia es la de aquello que no conocemos, pero que sabemos que está ahí.

Y también es cierto que muchos anhelos se nos van quedando por el camino. Cuando aguijonean y duelen un poquito, suelo acordarme de esa frase.. "Cuidado con lo que deseas. Puede cumplirse". ¿Quién sabe si una vez obtenido habría sido lo que en realidad deseábamos o si se hubiera convertido en una frustración más que añadir a la lista?

Yo, al menos, me consuelo con ello.

Un beso.

Unknown dijo...

Mi querida Avalon, has puesto el dedo en la llaga más profunda y oscura: Los secretos que guardamos más adentro son lo más auténtico de nosotros mismos... Dudo mucho que sacar a la luz esos secretos nos hiciera sentirnos más auténticos... quizá sirviera solo para desvirtuar esa profundidad y ese misterio que los hace tan nuestros... Si el lado oscuro sale a la luz, deja de ser oscuro y con ello deja de ser auténtico. Conquistarlo, por tanto, no es agitarlo a los cuatro vientos, sino ser consciente de que es parte integrante y esencial de nosotros... Sólo pienso en voz alta, amiga mía y mientras tanto te lanzo un beso al viento,
V.

Calle Quimera dijo...

Hay tantos de esos secretos de tumba, Poeta, que la casuística nos llevaría más tiempo del que disponemos. Hay miles de anhelos, de inclinaciones, de auténticos secretos...Y miles de formas de vivir todo eso, tantas como personas.

En mi opinión existen algunos que es necesario afrontar (no hace falta gritarlo a los cuatro vientos..) y resolver para ser honesto con uno mismo y con los demás, y para poder ser feliz. Hay otros que, como dices, es mejor dejarlos en la penumbra, acercarse de vez en cuando a ellos, sonreírles, acariciarlos como el don más preciado. Y seguir callando...

Me gustan tus pensamientos en voz alta, de hecho me siento identificada con ellos en muchas ocasiones. Que el mismo viento que me trae tu beso lleve junto a ti el mío.