Los efectos negativos de la crisis económica que atraviesan los mercados financieros mundiales se están haciendo notar en todos los niveles de nuestra sociedad. El desempleo, la insolvencia bancaria, la crisis crediticia, el incremento de precios en los productos de primera necesidad, la pérdida de poder adquisitivo de los sueldos, son quizás las consecuencias más evidentes, pero el alcance del descalabro económico que nos está afectando va mucho más allá. Cifras tan alarmantes como las que da la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que prevé para 2009 un índice de desempleo en el mundo podría situarse en el 7,1% (unos 250 millones de desempleados) le quitan a uno la gana de todo… Por lo visto, hasta de sexo. Parece ser que la ansiedad generada por incertidumbre económica y la de conservar el puesto de trabajo disminuye la libido, si bien no de inmediato sí a medio y largo plazo, según se desprende de algunos estudios. No solo eso, el profesor de Sociología de la South Bank University de Londres, Jeffrey Weeks, afirma que los periodos de crisis económica hacen que las personas se vuelvan "más conservadoras" en sus comportamientos sexuales, y que dejen los que conllevan mayor aperturismo y permisividad para mejores tiempos. Sea por falta de ganas, de dinero o de ambos, la cuestión es que el negocio del sexo, sexshops incluidos, ve reducirse su volumen de ventas de forma alarmante. El sector de la prostitución ha visto decrecer su facturación en un 40%, con la consiguiente pérdida de 20.000 empleos directos no sólo de prostitutas, sino también de camareros, cocineros, empleadas de limpieza y otro personal. No deja de ser curioso el dato de que cada vez van a pedir trabajo en locales de alterne más amas de casa, administrativas, cajeras de supermercado… Mujeres jamás antes vinculadas con este mundillo, absolutas amateurs, pero a las que la escasez de recursos económicos empuja a buscar soluciones drásticas. Para paliar los efectos de la crisis los empresarios del sector aguzan el ingenio… Un prostíbulo valenciano ofrece ya, con buenos resultados, el “4 por 5”: pague 4 “servicios” y consuma 5. Según el gerente, hay quien utiliza el bono completito en la misma tarde, de lo que hay que deducir que aún quedan afortunados a los que la crisis
no les afecta, ni al bolsillo ni a otras cuestiones.
Pero obviamente estos son los menos. La crisis acorrala, y los desesperados ya recurren a lo que haga falta, como el caso de un joven abogado francés de 23 años, Yannick Miel, que se subasta a sí mismo en Ebay, anunciándose como “práctico y con pocos costes de mantenimiento”. A finales del pasado febrero la puja iba ya por los 10.000 euros… Lo que desconocemos es la suerte que habrá tenido Cat Camp, una estudiante inglesa de 25 años que decidió subastar sus pechos, también en eBay, como espacio publicitario durante el Festival Glastonbury. Pero suponemos que bastante más que el francesito…
Y es que pocos están a salvo de los efectos de la crisis económica que padecemos, ni siquiera los famosos, y si no que se lo pregunten a Michael Schumacher . Todos los sectores toman sus medidas, incluso las escuderías de Fórmula1, así que ni siquiera el ex piloto y heptacampeón del mundo de Fórmula 1 tiene asegurada su plaza como asesor en Ferrari después de que concluya su contrato la próxima temporada, según informa la revista Autoesprint.
Y no solo las escuderías corren un agujero más de su cinturón… Por lo que parece, impelidos por la necesidad de hacer recortes presupuestarios como sea y donde sea, algunos de los Estados USA que aún mantienen la pena de muerte se cuestionan derogarla debido a los altos costes que genera. En Nuevo México y Montana ya hay iniciativas legislativas en sus respectivos congresos. "Es un argumento válido en esta época de austeridad y presupuestos estrechos", admitió a The New York Times Bill Richardson, el gobernador de Nuevo México. Según datos de diferentes informes recopilados por el Centro de Información de la Pena de Muerte, solo el corredor de la muerte le cuesta a California 50,3 millones de euros anuales, y sin pena de muerte el estado se ahorraría al menos casi 400.000 euros por cada proceso penal de un asesinato.
Lo que no han logrado los argumentos humanitarios quizás pueda conseguirlo la crisis… Y es que pocos valores hay absolutos. Algo que en principio podría parecer acarrear nefastos efectos para todo el m
undo sirve a otros, sin embargo, para obtener provecho. Es el caso de Laura Perego, actriz porno italiana habituada a protagonizar escenas polémicas, que hace pocos días decidió aprovechar la grave coyuntura económica que padecemos para hacerse un poco de publicidad gratuita. Entró en el edificio de la Bolsa de Milán con un abrigo negro, bajo el que solo lucía unas bragas y el cuerpo desnudo, pintado con una bandera italiana. Se quitó el abrigo, se subió a una mesa, mientras los responsables trataban en vano de impedírselo, y gritó: "Italia se encuentra en bragas".