
Leslie Lemke es una persona minusválida y ciega, pero al mismo tiempo es un virtuoso del piano, aunque nunca ha recibido clases. A los 14 años de edad fue capaz de tocar el Concierto Nº 1 de Tchaikovsky, después de haberlo oído unas pocas horas antes en la televisión. Es capaz de tocar de memoria miles de piezas para piano, e incluso improvisa las propias.
Richard Wawro es un artista de renombre mundial. Es autista y vive en Escocia. Sus pinturas están en museos y diversas colecciones. Según los expertos "pinta con la precisión de un mecánico, pero con la visión de un poeta". Sus habilidades las demostró desde los primeros años de vida.
Kim Peek, es autista y una enciclopedia ambulante. Ha memorizado más de 7.660 libros, puede decir de corrido todas las carreteras de cada ciudad, pueblo y condado de EE.UU., así como sus códigos telefónicos y postales, las emisoras de televisión, y las redes de teléfono de que disponen. Si uno le dice la fecha de su nacimiento, rápidamente calcula en qué día de la semana se produjo. Puede identificar cualquier pieza musical clásica, con la fecha en que se estrenó, la fecha de nacimiento y muerte del compositor. Sin embargo, no se puede valer por sí mismo y depende de sus padres para las más básicas necesidades diarias. En él se inspiró el director de la película "Rain Man", para el papel que interpretó el actor Dustin Hoffman.
Stephen Wiltshire, posee una increíble memoria fotográfica que le permite reproducir fielmente un monumento con sólo haberlo visto durante unos segundos o dibujar una ciudad habiéndola visto desde el aire sólo una vez.
Alonso Clemonts sólo se podía comunicar a través de sus esculturas. Podía ver por segundos la imagen de un animal en la pantalla de la televisión y la modelaba en menos de 20 minutos, con sus proporciones perfectas y con los detalles de cada músculo y de cada pelo.



Todas estas personas padecen el síndrome de Savant. Quienes lo sufren presentan retraso mental o autismo en diversos grados, pero poseen una sobresaliente habilidad en un área que les hace especiales. Estos individuos destacan por su capacidad de cálculo extraordinaria, su memoria fotográfica, pueden ser músicos virtuosos que reproducen fielmente una pieza musical con tan sólo escucharla una vez o pintores deslumbrantes que son capaces de reproducir un monumento con tan sólo verlo unos segundos. Es decir, rozan la genialidad en un área determinada, pero en sus capacidades sociales, cognitivas e intelectuales presentan un desarrollo que se considera deficiente. El Savant aparece en uno de cada 10 autistas y en uno de cada 2.000 individuos que tienen dañado el cerebro o padecen retraso mental.
Estas habilidades suelen ser congénitas, pero pueden aparecer de forma repentina en personas que padecen ciertas forma de demencia, y las últimas investigaciones al respecto llevan a pensar a los expertos en la posibilidad de que algunos aspectos de estas genialidades estén latentes o adormecidos en todos nosotros.
Las destrezas de los savant van vinculadas a una notable memoria profunda basada en la recitación habitual, pero con poca comprensión de los que están diciendo. Aunque comparten capacidades, incluida la memoria, el grado de habilidad de los savants varía mucho de unos a otros. Los “savants expertos en minucias” tienen cierta facilidad para la memorización de resultados deportivos o números de matrículas. Los “talentos” poseen dones musicales o artísticos muy superiores los que cabe esperar en personas con tales minusvalías. Y las destrezas de los “savants prodigiosos”, individuos muy fuera de lo común, destacarían aun cuando se diesen en alguien normal.
La clave parece estar en la neuroquímica cerebral; por lo visto estas personas producen un tipo de aminoácidos y otras sustancias en proporción distinta a la de los que nos consideramos normales. Las emiten en demasía en lo que atañe a esas capacidades artísticas, numéricas, etc, y en menor cantidad en lo relativo a habilidades cognitivas. El Savant es un sistema de compensación que no se produce en todas las personas que presentan deficiencias, pero que en algunas se traduce en habilidades muchas veces fuera del alcance de los genios "normales", y por supuesto de la gente de a pie. Desde ese punto de vista, son superdotados. Lo cierto es que si ajustamos a estos individuos a los parámetros de lo que entendemos por "normalidad" están por debajo de las líneas límites, puesto que no son capaces de desarrollar las mismas habilidades que la mayoría de nosotros. Pero desde luego, nos superan muy ampliamente en otras. Y es que la discapacidad está solo en los ojos de quien mira...