jueves, 25 de enero de 2007

COMPAÑERA


Tu sonrisa mi único alimento,

mi soledad feliz ,soledad en ti.

Compañera incansable,flor inmortal

falsa censura en mí.

Sol en la noche, luna del amanecer

estrella oculta en tu corazón.

Responsable hasta el olvido,

raíces sedientas de frescura, de vida.

Mi empujón diario, mi oxígeno, mi agua

la que jamás llora,

la que sufre en silencio, mi Amor.

La madre de sus hijos,

la hija de sus padres, la que siempre está,

buena hermana, lejana amiga.

En mi vida si pedir pudiera,

solo tu felicidad sería mi recompensa.

Verte reír, un sueño mágico

para mi alma.

Quiero poner color en tu vida,

pero tu eres mi único pincel.

Atrévete a dibujar la vida, conmigo o

sin mí, pero no te olvides de sonreír.

¿Cómo decirte que te quiero?,

Se me olvidó hablar, hoy solo siento

hoy no sé cómo decirte que te quiero.



ETINARCADIA

6 comentarios:

Byron Abadía dijo...

que poema! que palabras,que arte!para ti mis respetos!!! que bueno eres! seguire leyendote y estamos en contacto hasta luego!

Calle Quimera dijo...

Te agradezco mucho tus palabras. Lo cierto es que han gustado mucho tus artículos, pero sobre todo me impactó el último poema, "¡Malditos demonios!" Esos demonios que tú citas están muy presentes en mi poesía así como mi lucha personal contra ellos, que a veces se plasma en textos de corte mucho más radical que los que hasta ahora he publicado.

Seguiremos en contacto, Abandré. Un abrazo.

Byron Abadía dijo...

Esos demonios! ya no se donde guardarlos,desaparecerlos,o matarlos.
En el peor de los casos unirme a ellos!
Seguimos en contacto y gracias por la visita.

Anónimo dijo...

1º, quiero tener a mi lado a una compañera que me inspire lo que a tí.
2º, quiero tener todas esas palabras bellas para agadecerselo, de la misma forma que tú.

Puede ser que a un hombre, de los duros, de los de orgullo, se le salten las lagrimas leyendo esto?.es un secreto vale?.

Calle Quimera dijo...

La espada, Abandré, no olvides la espada, aquella de tu poema.

Un saludo muy cordial.

Calle Quimera dijo...

Claro que puede ser, Simkin, te lo digo de hombre a hombre. Guárdame tú también el secreto, ¿de acuerdo? No se lo contaremos a nadie, que dicen por ahí que los hombres no lloramos.

un saludo muy cordial.