Las estrellas me vuelven a sonreír,
mis ojos han vuelto a buscarlas.
Su luz me encandila,
su fría voz blanca me llama...
Un lugar en el Universo,
que tal vez me espere para vivir.
Sus señales me hablan del desierto,
de sus gentes y sus noches estrelladas,
el camino hacia el oasis..., el viento.
Felicidad en el sufrimiento,
libertad en jaula de arena.
La música callada que trae el silencio, el misterio...,
ecos de dentro, sonidos del alma,
gritos del corazón.
Imágenes lejanas que hablan de vida,
movimientos sin sentido y coloreados,
locuras mojadas en infusión...
Pies descalzos, errático y doliente peregrinar,
miradas perdidas hacia un horizonte perdido,
caminos de arena, tierra y piedra sin destino,
llantos lejanos... soledad,
fuerza sin medida para los hijos del dolor...
Cantos de esperanza rompen el silencio que sangra,
empujones de madrugada, despierta y vive tu desgracia,
risas y juegos curan heridas...
Regreso a la noche constelada por la soledad, la vida
y la pena del desierto, tatuada por las estrellas
de las que un día seré ciudadano.
Su fría voz blanca me llama...
ETINARCADIA
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