viernes, 20 de junio de 2008

Y SIN EMBARGO, ESPERANZA


Esta es la primera vez que se publica algo en esta calle sin que haya dado primero su visto bueno Etinarcadia, que, además de boss mandón y un poquito gruñón, ha sido siempre el alma de Quimera. Ni siquiera sabe aún de la existencia de estas líneas... Están aquí para agradeceros de corazón a todos que no hayáis dejado de dar vida con vuestras palabras y vuestros pasos a esta callecita, a pesar de lo silenciosa y taciturna que está últimamente.

La última vez que nuestra entrañable Malena pasó por ella nos decía entre bromas y veras que esperaba que pronto se restableciese la normalidad y que todo volviera a ser como siempre. Y ahora mismo no es posible... Este blog es un proyecto conjunto, la materialización de una antigua quimera de juventud de un valenciano y de una idea descabellada que una vez le propuso en un mail a una amiga suya sevillana: componer poemas juntos. Por Dios, si la sevillana no escribía desde que era chica... Pero nos pusimos a ello casi como un juego, un par de años después nos decidimos a asomarnos a la blogosfera, y nació Calle Quimera.

Calle Quimera es el resultado de llamarnos por teléfono, preguntarnos qué vamos a publicar, elegir tema, enviarnos por mail lo que cada uno ha escrito sobre ello a ver si al otro le parece bien, corregirnos mutuamente el texto que se decide postear, pelearnos entre risas porque uno dice que sobra tal frase o cual palabra y el otro insiste en que no, repetirlo y retocarlo de nuevo hasta que queda a gusto de los dos, buscar fotos, música, volver a pelearnos y a reírnos, elegir las imágenes y la canción definitivas...

Y todo eso falta en estos momentos. No corren buenos tiempos para mi compañero, no, y hace ya semanas que le resulta imposible prestar su atención a esta tarea. Yo podría seguir en solitario, es cierto, pero entonces este blog sería otra cosa. Avalon solo es Avalon, y Avalon sin Etinarcadia jamás podría ser Calle Quimera porque Calle Quimera somos dos, y ahora mismo le falta el alma: Etinarcadia. Y un blog sin alma no es el proyecto que habíamos concebido. Por eso, cuando él esté en disposición de volver, se encenderán de nuevo las farolas de esta callecita.

Pero Malena, nuestra okupa oficial por derecho propio, había pedido en su última intervención "un poquillo de "pan" literario", y no se le puede negar nada a alguien que lo da todo y más, como ella hace. Y he pensado en este poema que escribí hace algún tiempo para quien desde que llegó a mi vida se convirtió en el mejor de los amigos.

Gracias nuevamente, Alberto, Raúl, Allan, Antifaz, Enmascarado, Raizen, Vizconde, SCD, Miguel, María, Manuel R. y Manuel T., Raizen, Ashbless, Sluagh, Jassy, Victoria, Trini, Viento, y a todos esos que ya no nombro porque la lista es larga. Gracias a los que habéis ido llegando en estos últimos días, como Patricia Gold, Peletero y otros a los que las circunstancias actuales no nos han permitido atender debidamente. Gracias porque absolutamente todos, sin excepción alguna, habéis aportado en algún momento sin saberlo una de esas sonrisas que se dibujan por dentro y caldean el alma. Cuando este blog pueda volver a llamarse de verdad Calle Quimera, estaremos de nuevo aquí. Espero que muy pronto.


Por ti, Malena. Para ti, Etinarcadia.


Y SIN EMBARGO, ESPERANZA

Se hilvanan las últimas sombras nocturnas

con las que anteceden al alba,

y un día sucede sin apenas frontera a otro día,

en un continuo implacable donde

se amasijan, informes, la noche y la madrugada,

la jornada de ayer, la de hoy y la de mañana,

que desvivo a empujones de autómata inercia,

de tenaz apatía.

El ruido de las máquinas de mi fábrica se confunde

en infernal y oscura mezcolanza

con el del reloj que ejecuta las horas, los meses, los años,

con el sonido del corazón, que ejecuta mi vida...

Hasta mi prisión de plazos, facturas,

de cansancio infinito que nunca se acaba,

llega el vago olor de la apenas vida que me alcanza,

el eco lejano de las risas de mis hijos,

los recuerdos de lo que no he vivido...

En la sala de espera, los libros que quiero leer,

los poemas que mi mente sólo alcanzó a pergeñar,

la tarde de miércoles de cine y palomitas,

ese viaje que siempre dejo para mejor ocasión...

Lo único cierto, el crujir de mis días arrugados y tirados

a la papelera, como periódicos viejos.

Seis de la mañana.... Como Lázaro, levántate y anda.

Pero siempre... siempre, resiste la esperanza.



Todo irá bien, compi. Y ya lo sabes... amunt, siempre amunt, ¿de acuerdo? Que no me entere yo de lo contrario...


AVALON





viernes, 6 de junio de 2008

ÁNGELES


Cuando era pequeño todas las noches hablaba con Dios y con mi Ángel de la guarda. Noche tras noche, con una tenacidad que ahora me parece hasta conmovedora. Pero aquello se convertía en un monólogo puro y duro. No había respuesta. Jamás la había.


Aquel silencio, tan pertinaz como mi empeño, provocó que con el paso del tiempo esos monólogos fueran a menos. Noches que sí, noches que no....Todavía hoy espero una respuesta clara, o aunque no sea clara, una simple palabra, una señal, algo... Pero parece ser que la cobertura no es muy buena aquí abajo. O allá arriba, no sé. No he visto ningún Ángel en mis noches de desesperación, ni una simple huella que seguir, ni un solo indicador que me conduzca a algún lado lejos de este desierto en que camino en círculos, nada.


De un tiempo a esta parte ya no busco nada especial, mágico, solidario o sincero en el cielo, creo incluso que he perdido sus señas, ahora mi mirada se dirige a la tierra que piso. Y algo sorprendente ha ocurrido. Continúo sin hallar las señales que tanto pedí, pero esos seres divinos con los que de pequeño deseaba entablar conversación y amistad ahora mismo están a mi lado. No llevan alas, pero su bondad, humildad, capacidad de sacrificio y amor hacen que vuelen permanentemente en mi corazón. El único milagro que los reviste es ser como son: de verdad, de carne y hueso. Buenas personas que de alguna manera ya se han convertido en verdaderos ángeles para mí. El primero, sin duda, tú, Avalon. No hay palabras en este mundo que puedan expresar lo que eres. Otros ángeles se han acercado a mí últimamente aunque de algunos solo conozca su voz virtual. Personas como Malena, Raúl Junquera, Alberto López....y una brujilla que vuela en su escoba por otros cielos me han devuelto la Esperanza.

Esta noche volveré a rezar.



ETINARCADIA

domingo, 1 de junio de 2008

PARA TI, QUE ACABAS DE CUMPLIR 25 AÑOS


En la calle dormida se arraciman las sombras nocturnas, hendidas apenas por la vacilante luz de las farolas y por el neón de los luminosos de algunos establecimientos. Solo el lejano ronroneo de
un coche, quizás el ladrido de un perro o el estridente y triste ulular de una sirena, rasgan la urdimbre del silencio que envuelve la ciudad. Calma y quietud. Dentro y fuera de la casa y del alma, soledad descolorida, ni siquiera engañada por el sonido acompasado del reloj, el latido del corazón del tiempo. De ese tiempo que se desliza entre sus agujas y entre nuestros dedos, hecho montoncitos a nuestras espaldas.

Y entonces lloras, lloras por esas primaveras y veranos sepultados en un marchito otoño que ya solo dora las hojas de los árboles, haciéndolas caer mientras reverdece las de tus recuerdos. Sobre todo las de esos que no quisieras que siguieran ahí. Lloras por todo aquello que ya solo vive en la memoria de tus pupilas, entre los pliegues de sonrisas borradas hace tiempo. Por los sueños que te permitió concebir el ángel que te maldijo, por lo que pudo haber sido y nunca fue.

El parpadeo de la pantalla del ordenador, quizás la del móvil, se abre paso a través de tus lágrimas. Después de todo, tu soledad no era tan sola, alguien está contigo -tan lejos, tan cerca...- a esas horas en que tus cuatro paredes son todo el mundo. Y sus palabras mudas, esas que lees en la pantalla del ordenador, quizás en la del móvil, acallan el estruendo del silencio de la noche, y de fondo escuchas cantar a alguien, no sabes si en Sierpes o Plaza Nueva. Puede que en Floridablanca, puede que en Morvedre...

"Compartir en la noche un momento, compartir en silencio
el deseo de vivir."


Sí, esas horas en que la ciudad duerme son un buen momento para compartir silencios, palabras y desde luego el deseo de vivir. Para recordarte que vivir nunca puede ser una condena, que si un sueño se perdió al doblar una esquina, tras la próxima aparece otro, que si miedos y frustraciones espantan deseos, es mucho peor no temerle a la muerte por carecer de ellos. Que jamás debe llegar el momento en que necesites comprar recuerdos de recuerdos que deseaste que fueran tuyos, recuerdos de lo que nunca viviste, porque siempre existe la posibilidad de diseñar el resto de tu vida.

¿Oyes la canción..?

"Quiero ser un vagabundo más, tapado por estrellas
que alumbran mi ciudad.
(...)
Compartir en la noche un momento, compartir en silencio
el deseo de vivir.
Me da igual cantar en Sierpes que en la Plaza Nueva."


Vivir al fin y al cabo es vagabundear bajo las estrellas de tu ciudad, callejear entre miedos, dudas, sonrisas, amor, alegrías, rabia, dolor... y esperanza. Y cantar. Que nunca nos falte el poeta que canta. Estoy segura de que un buen amigo, el Peletero, nos permitirá apropiarnos en esta ocasión de unos versos suyos:


Cuando el poeta canta es mejor dormir
y soñar,
cuando el poeta canta es mejor callar
y cantar contigo, mujer amada,
mujer asustada.



Y cuando alguien duerme, sueña y canta con la mujer asustada, el miedo se derrite como el hielo.