miércoles, 6 de junio de 2007

ACTO FINAL


Después de todo, me he quedado dormida. Creí que no podría, pero el sueño ha tendido un misericordioso velo sobre mí para evitarme el dolor de verte partir. La sábana todavía está caliente. Conserva las formas que dejó en ella tu cuerpo, tu olor, el nuestro... Mi ropa, aún desperdigada por el suelo. Sigue sonando la música, que también pareciera querer abandonarme escapando por la ventana abierta, para irse mejor a consolar a los grises de la tarde, que van muriendo despacio entre los brazos tristes del aire. Hoy sopla con murmullos lastimeros tras los cristales. Como yo muero... Como se ha ido muriendo tu amor dentro de mí, lentamente, desangrándose, sin que haya sabido cómo retenerlo en mis entrañas, donde hasta hace tan poco tiempo latía lleno de vida. Cada vez lo nutría menos el agua cálida de tus palabras, de tu sonrisa, pero me decías que las dudas son monstruos que crecen y se alimentan de sí mismas, y conducen al desastre... Quería creerte... Dios, cómo quería creerte...

Salgo de la cama y empiezo a recoger con desgana, una a una,las prendas que yacen en el suelo arrugadas, retorcidas en formas grotescas. Como mi alma... Estoy aún desnuda, siento frío, pero peor es aún mi desnudez de ti. Nunca estuve tan vestida como cuando me desvestían tus ojos, tus manos, cuando vestía mis ojos de ti, mi piel de tu piel... Nunca sentí tanta calidez como cuando en pleno invierno me ibas despojando poco a poco de la ropa, y cubriéndome de humedad con tu lengua.

El silencio, solo roto por una música que ahora mismo siento que no hace más que profanarlo sacrílegamente, me pesa. Me hallo perdida en esta habitación que fue tramoya de nuestro amor, en cuyas paredes se proyectaban las sombras chinescas de dos animales salvajes, estremecidos, jadeantes en su baile desbocado.

Me siento sola, perdida, tengo frío, y mi piel se eriza... Añoro los diálogos que transcurrían entre nuestras manos y nuestra piel, los mapas que dibujábamos con nuestros dedos sobre ella, el calor en el alma que me producía el roce de tu cuerpo, de tu boca. No puedo creer que se hayan ido para siempre aquellos días en que te dejabas la vida en mis labios al besarme, ahogando mis gemidos y agitando aún más mi respiración mientras tus dedos, furtivos, se enredaban en mi pelo y bajaban enloquecedoramente lentos, encrespando con su roce la piel de mi nuca, la de mi espalda arqueada, tensa, estremecida, envuelta en llamas húmedas de deseo, mi cuerpo enfebrecido, esos días en que te hundías en los oceános profundos de mi vientre con salvaje suavidad. Esos días en que el tiempo se detenía en tus ojos, que solo sabían mirarme rebosantes de vida. En tu boca, colmada de sonrisas para mí. En tus manos, que descifraban hábilmente en cada rincón de mi cuerpo cada uno de los códigos de placer infinitamente escondidos. Esos días...

Tengo ganas de gritarte en silencio todos esos "te quiero" que antes me nacían de las entrañas, pero que ahora se me mueren en la garganta...

Me asomo a la ventana, mirando sin ver. Antes jamás lloraba, me parecía signo de debilidad, y ahora me siento bien cuando lo hago. Creo que lloro por antes y por ahora, y por si no puedo hacerlo en un futuro. A este lado de los cristales lloro tu ausencia, tras ellos lloran las últimas luces de la tarde, pero tú no vendrás nunca más.

AVALON

34 comentarios:

txanba dijo...

pero tú no vendrás nunca más... contundente final. no sé, pero me da la sensación de que uno, cualquiera que lee, y en este caso yo, me quedo con el final. un beso

María Narro dijo...

Ufffff
se te ha desbocado el sentimiento, queridita Avalón.
Tremendamente sensual y muy bien escrito.
Emulando a txanba me quedo... con el final no, con dos palabras: salvaje suavidad.

Un beso.

Gerardo Omaña Márquez dijo...

Estoy aquí leyendo un ratito en tu casa, antes de marchar te dejo un pensamiento:
En el jardin de tu alma fluirán silencios que hablan,
hablan de ti y tus deseos, te verás en espejos de aguas y tu sombra será como una nueva imagen que emergerá resplandeciente.

Recibe un beso en tu alma.

Freddy Murphy dijo...

Avalon
te pareces mucho a mi amiga Lucy, la de los relatos eróticos que nos mostraban un punto femenino e inteligente del tema.
saludos

Calle Quimera dijo...

Tu sensación era acertada, Txanba; el final era contundente porque efectivamente, lo que narraba este relato era una historia de amor finiquitada, sin vuelta atrás.

Un abrazo.

Calle Quimera dijo...

Jjajaja.. Sí, María, quizás sí que se me ha desbocado el sentimiento. Esto de meterse en la piel de los personajes es lo que tiene, que te acabas creyendo la historia. ;-)

Salvaje suavidad... Creo que es el punto exacto en estos menesteres, como en la pasta lo es "al dente". :-)

Un besote.

Calle Quimera dijo...

Gerardo, es precioso.. ¿Es tuyo? Es precioso.. Te lo agradezco en el alma.

Un besazo.

Calle Quimera dijo...

Todo un cumplido tus palabras, Freddy, sobre todo teniendo en cuenta mi inexperiencia en relatos eróticos. Me temo que no estoy tan cerca de tu versátil Lucy, qué más quisiera yo... Ni tampoco el personaje del relato, que no mostró precisamente inteligencia al no ser capaz de retener ese amor.

Me propuse estar en este post a la altura de tu Lucy, pero era difícil equipararse a la fantasía e imaginación que le echaste a tus personajes. ¡Porque mira que le echaste imaginación..! Eran pequeños Frankestein, construidos con piezas de uno y otros...

Saludos.

yraya dijo...

ufff, que pena que la ausencia deje atrás un amor tan grande.
Un relato genial

saludos

El perro andaluz dijo...

Permíteme dudar un poco de que sea sólo ficción. Al margen de mi impertinencia; quiero decirte sin escatimar ninguna emoción que me ha parecido estremecedoraemte bello..."tramoya de nuestro amor"
Besos mil.

Alberto López Cordero dijo...

Es curioso, pero con un breve relato intuyes o percibes lo que fué el comienzo de toda la historia, el desarroyo y como se llegó a ese desenlace.
Tiene que ser dificil el desgranar todos esos sentimientos sin haberlos sentido en el propio pellejo, con lo cual supongo que siempre hay algo autobiográfico en cada uno de los pequeños relatos o breves perlas cargadas de sesntimientos con las cuales sinceramente disfrutamos.Gracias, un abrazo.

poca luz dijo...

La nostalgia de lo que nunca volverá. Ese momento en el que somos conscientes de que ya no habrá más.

...como duele el amor que se va.

Ha sido precioso Avalon.
Precioso.

SCD dijo...

En efecto uno se queda con el pero tu no vendrás nunca más.
Esta vez cargado de sensualidad tu relato pero de una sensualidad pasada, triste ¿no?
Excelente como siempre.
Saludos!!!!!!!!!

Calle Quimera dijo...

Un amor que se marcha siempre deja huellas en un corazón, Yraya, aunque se consiga superar. La cicatriz queda siempre si realmente fue amor, no un espejismo.

Un besote.

Calle Quimera dijo...

Ay, Allan, me has depertado una sonrisa enorme. No has sido impertinente, solo sincero, y te correspondo con la misma moneda. No te voy a negar que hay algo de verdad en el fondo de la historia.. ¿Quién no ha tenido un amor fallido? Bajo la pura anécdota de una historia, cuentes la que cuentes, si están implicados los sentimientos es difícil no canalizar los de los protagonistas a través de las propias venas, aunque lo que es puramente la historia sea ficción.

Me alegra muchísimo que te haya gustado. Al fin y al cabo, para eso están los blogs, para acercarnos a tantas y tan variadas historias y poder perdernos en ellas.

Mil besos para ti, querido limeño.

Calle Quimera dijo...

No todas las historias necesitan principio, desarrollo y desenlace, Alberto; cualquiera de esas partes puede hacer suponer el resto si el autor se lo propone. En esta intentaba dejar claro que hubo un principio de una historia de amor que llegó a su punto final tras un periodo gozoso.

Creo que sí, que cuando en un texto en prosa o en verso se desgranan sentimientos es inevitable recurrir (o que afloren más o menos inconscientemente) al bagaje que todos acarreamos, acumulado en nuestra trayectoria vital o en el de la personas que tenemos cerca y que de una u otra manera se nos queda impregnado en la piel. La imaginación, el meterse en la piel del personaje, hace el resto...

Siempre dejamos alguna huella digital en lo que escribimos, aunque nos pongamos guantes. Al menos, de nuestra percepción de los sentimientos de que dotamos a nuestros personajes.

Gracias a ti por caminar por esta calle, Alberto. Un beso.

Calle Quimera dijo...

Duela, Nada...Creo que todos los que paseamos por aquí tenemos ya suficiente edad como para haberlo experimentado ya alguna vez. Sin embargo, soy de las que piensan que siempre mereció la pena, porque no solo queda el dolor de la pérdida, sino también la dulzura de los buenos momentos, su calor. El dolor termina desapareciendo, los buenos momentos vividos no...

Gracias por tus palabras, un besote.

Calle Quimera dijo...

Es inevitable quedarse con ese final, SCD, porque de hecho es la base sobre la que se asienta el relato: una historia que fue hermosa en su momento pero que ineludiblemente llegó a su término.

Llevas razón nuevamente cuando dices que la sensualidad destila tristeza...Es cierto, para el personaje es verdaderamente doloroso en estos primeros momentos de soledad, ya definitivamente sin el hombre al que amó, recordar los instantes de intimidad vividos.

Un besote, amigo.

Unknown dijo...

Avalon, me ha gustado mucho ese derroche de sentimientos intensos, triste, apasionado al mismo tiempo, precioso. Un beso y mi cariño,
V.

G.Ruiz dijo...

Que final, un nunca mas, que se susurra con nostalgia.
saludos

Anónimo dijo...

Me quedo Quimera con esa explicación tuya, si es que se puede destilar alguna sensación racional ante algo tan emotivo, tan íntimo, tan de adentro, de que lo que realmente se necesita reflejar es la añoranza de todo aquello que pese al tiempo ha quedado grabado y se hace una y otra vez presente. Un presente que busca lo tangible del pasado, que se deleita en las señales ya sea mediante el ertismo o la ternura, con esa mezcla sin límites, sin frontera.
Y la parte final no es sino el despertar de unas escenas a las que les habían dado forma otra vez la fantasía de lo actual.
...Pero hay algo... en el llanto... la llamada a aquel pretérito... y al mismo tiempo una especie de sacudida a la imaginación, como dejándole la advertencia del nunca más. (Cosa que creo que no ha convencido a la mente que ha fraguado aunque sea con palabras otra vez aquellos instantes.)

Besos

Cuto dijo...

Increíble cómo las lágrimas llegan a calmar el alma herida... te lo digo yo...

Nunca más es demasiado tiempo... y la ventaja de soñar, es que el tiempo es sólo un protagonista secundario...

Sueña mucho!

Gracias por tu visita!!!

txanba dijo...

calle redondeas mis sentimiento cuando leo, una y otra vez. me gusta, si y mucho.

Calle Quimera dijo...

Gracias por tus palabras, Poeta. Los sentimientos nunca son tibios, o no debieran serlo... Si se siente es para apurar hasta la última gota tanto en lo bueno como en lo malo, para saber que se ha vivido.

Un beso muy cariñoso para ti también.

Calle Quimera dijo...

Con nostalgia, con pena, con resignación... No cabe otra manera de afrontar un adiós, G. Ruiz.

Un beso, gracias por tu presencia en esta calle.

Calle Quimera dijo...

Es difícil digerir un adiós, Miguel, muy difícil. Por muy claro que se vea siempre parece que no puede ser, que eso no nos está pasando a nosotros, que va a llegar el momento en que nos daremos cuenta de que todo ha sido una mala pesadilla... Pero no, ese despertar nunca se produce.

Por suerte, la vida da luego compensaciones, ?verdad?

Un beso, y gracias por esos comentarios preciosistas que nos regalas.

Calle Quimera dijo...

Las lágrimas son el verdadero bálsamo de Fierabrás, Ignatius. El mejor lenitivo para un corazón herido, no hay duda. Limpia de penas, de sinsabores, ya lo creo que sí.

Y sigues llevando razón... Nunca m´s es demasiado tiempo; de hecho, es toda la vida, pero los sueños no están sujetos al tiempo. Kronos no puede tiranizarlos, afortunadamente...

Un beso, bienvenido a Calle Quimera.

Calle Quimera dijo...

Txanba, lo que acabo de leer dicho por un profesional de la palabra como tú me llenan de orgullo, puede entenderlo, ¿no? Mil gracias por ellas, y por tu presencia en esta calle. Un beso.

txanba dijo...

gracias calle. por lo que has puesto aqui, y por tus comentarios. estate tranquila que no te diré go home. un abrazo. besos.

Calle Quimera dijo...

Jajjja... O.K., Txanba, así pues la próxima vez que preguntes algo te daré mi opinión, segura ya de que no vas a extender el dedo señalándome el "Exit". Es que se está muy a gusto en tu casa...

Un besote.

Recomenzar dijo...

me encanta es triste las despedidas te dejan vacia. yo no sabia que habia detras de eso antes ahora todo es mas dificil para mi es una forma de crecer por dentro sufriendo se aprende, y me encanta leerte

Calle Quimera dijo...

Todo se reconduce en esta vida, Mucha, hasta los sentimientos. Y hasta tal punto que a veces llegamos a preguntarnos cómo pudimos haber alojado en nuestro corazón en su momento uno determinado...Y mientras llegamos ahí, el camino que recorremos nos hace crecer, nos vuelve más fuertes.

Ya sabes que el placer de leernos es mutuo. Un beso enorme.

Eduardo (ejmv) dijo...

Me ha encantado.
Me ha ... transido es la palabra.

Había una página, pero hablaba de mí, no del relato :)

Que quede así: Encantador :)

Calle Quimera dijo...

Muchas gracias por tus palabras, Eduardo, es un placer contar con tu presencia en esta calle. Bienvenido...

Un saludo muy cordial.