miércoles, 27 de febrero de 2008

UN PARÉNTESIS


Las puertas de los edificios de Calle Quimera, siempre abiertas a todas horas, quedarán entornadas, que no cerradas, durante aproximadamente tres semanas.

Hacía ya días que a ambos nos resultaba imposible pasar por vuestras respectivas casas con la regularidad de antes, responder vuestros comentarios con la debida prontitud... Cuestiones personales por parte de uno y de salud por parte de la otra nos han privado de frecuentaros con la asiduidad habitual, y nos obligan a apagar las farolas de esta calle y dejarla en penumbras durante un breve espacio de tiempo. Eso sí, la música continúa saliendo por las rendijas de la puerta de roble de la Taberna del Irlandés, mezclada con las risas y los murmullos de las conversaciones de esos personajes que sabéis que habitan en la vecindad. Nos esperan el hombre blues, Melancolía, Soledad, Dolor, Alegría, Esperanza, la Acunadora de lágrimas.. Todos ellos, y hasta la castañera. No descuidarán el fuego de la chimenea que caldea la taberna, para que la encontremos tan cálida como siempre a nuestro regreso.

Volveremos pronto; hasta entonces todo nuestro cariño, un beso y... salud, que no falte. Ahora, más que nunca...



AVALON Y ETINARCADIA

jueves, 21 de febrero de 2008

EL BURRO BLANCO

Platero era pequeño, peludo, suave, tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no llevaba huesos. Yo también tengo un burro, un burro blanco, pero no pequeño, y menos aún suave, más bien un poco gruñón. Irascible, para ser exactos, sobre todo en estos últimos tiempos. De algodón, lo que se dice de algodón... pues tampoco, para qué mentir. Mi burro se diría todo de asperón, por fuera y creo que también por dentro. Eso sería más exacto, porque desde luego áspero es, y cortante. Fuerte y seco por dentro, como de piedra , en eso sí que se parece a Platero, ¿veis? Yo lo achaco a su afición por la Mistela y la Cazalla, así, con "la", como se dice aquí en Valencia. Al tabaco no tanto porque fumar, lo que es fumar, poco, y según él solo hierba "sana". A saber lo que entiende él por "hierba sana"...

¿Que eso es lo que dice él? Sí, claro. ¿No os he dicho aún que mi burro habla? Pues sí, con voz tomadilla y algo ronca (la Cazalla, seguro), pero habla.

Mi burro está de vuelta de todo, es muy sabio, tanto que se ha pasado la vida limitándose a callar ante tanta estupidez como nos rodea. Ya se sabe, a palabras necias... Pero de un tiempo a esta parte, no sé si porque con la edad todo el mundo, hasta los burros, se ponen impertinentes, o porque su afición a los alcoholes le ha soltado la lengua, ha empezado a hablar. La primera vez que lo hizo me quedé mirándolo con los ojos pugnando por salírseme de las órbitas. Malhumorado, me espetó:

- Pues no sé de qué te asombras. Cuando oís al politicastro de turno decir imbecilidades y hacer las promesas de la señorita Pepis por la tele os indignáis y decís: "Es que lo que acaba de soltar este tío es pa hacer hablar a un muerto". Menos raro será hacer hablar a un burro, ¿no? Digo yo...

Y desde entonces no ha parado. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas que salen de Calle Quimera, los hombres del campo,vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:

— Tiene acero...

Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo
. Y muy mala leche...

Y es que él dice que hay cosas que le generan ya hasta crisis de ansiedad; es un burro valenciano, pero parece andaluz por lo exagerado. Lo que sí es cierto es que últimamente se pone de muy mal humor con según qué cosas. Empieza a rebuznar sin freno (y lo digo ahora en sentido metafórico, porque lo que sale por ese hociquito es una barbaridad detrás de otra, tacos incluidos) ante ese que se cree más para no ser menos, el que da la mano y no aprieta, el que no cumple su palabra, el egocéntrico... Y el mal humor se le acrecienta cuando ve o escucha a los que ponen obstáculos a la imaginación, mirando conmiserativamente a los que se atreven a soñar, a tanto guru de las letras, tanto intelectual de encefalograma plano autoerigido en crítico, crítico de pacotilla, que se cree en el derecho de corregir un sentimiento escrito poniéndole comas y acentos a las palabras sin siquiera prestar atención a lo que estas quieren gritarnos, a tanto poeta de conservatorio, a tantos soñadores de plástico y cosméticos...

Dice mi burro que el mal endémico de hoy día es la incomunicación, sobre todo esa que consiste en que uno se limita a hablar y hablar, pero no escucha a los otros. Megalomaníacos que se creen en posesión de la verdad, y que desde el podium en que nadie los ha instalado excepto ellos mismos miran al resto con esa conmiseración que antes mencionaba. Son aquellos que tienen un orgasmo cada vez que se oyen la propia voz y sus pensamientos, y les sobra con eso, no buscan orgasmos con lo que hablan los demás. Son onanistas, se bastan y sobran con el placer que se producen a ellos mismos, despreciando el que podrían obtener de los demás. A todo el mundo le gusta ser escuchado, evidentemente, pero también escuchar al resto. Quieren placer a dos, compartido. Los "iluminados" están encantados de haberse conocido a sí mismos, y cuando se dignan a hablar con el común de los mortales descienden desde su Olimpo a la humilde tierra en un acto de altruismo que ni ellos entienden, seguro.. ¡Aaaaahhhh, la bondad divina......!

En fin, esas son las cosas que dice mi burro. Pero claro, es un burro, ¿cómo echarle cuenta...?

domingo, 17 de febrero de 2008

EL SECRETO DE LA LONGEVIDAD


Después de leer en una noticia servida por la Agencia Reuters las declaraciones de Chan Chi, un anciano chino de 107 años, creemos haber descubierto el secreto de la longevidad. En la celebración anual de las personas más viejas de la ciudad de Hong-Kong, Chi atribuye el hecho de haber alcanzado tan provecta edad a no haber practicado el sexo desde que con 30 años enviudó. Sin embargo, manifiesta que nunca se ha abstenido de los placeres del tabaco.

Total, que después de tantas expediciones al Amazonas en busca de la fuente de la eterna juventud resulta que quizás por fin estemos, al menos, ante el secreto de la longevidad. Resulta que este buen señor que pasa ya de la centuria ha practicado la castidad casi toda su vida, pero cosa curiosa: no se ha privado de fumar. A ver si después de todo las feroces campañas anti-tabaco que presentan este hábito como una de las principales causas de mortalidad en Occidente no tiene tanto fundamento, y lo que realmente perjudica es el sexo…

Es que llega un momento en que ya no sabe uno qué creer, porque hay que ver lo que han cambiado en estos últimos tiempos los conceptos y creencias sobre cuestiones relativas a la salud… Hasta hace poco resultaban perjudicial para ésta, cada cual por un motivo, el aceite de oliva, el pescado azul, la cerveza, tomar más de tres huevos a la semana, el jamón, el pan, las pastas… Ahora resulta que el pan no se queda a vivir en los michelines si no lo usamos para hacer “barquitos” en la salsa (entonces, ¿para qué se quiere el pan…?). Las pastas tampoco engordan mientras no se aderecen con salsas hipercalóricas como la boloñesa o la carbonara ( Dios, qué tristeza de macarrones…). El pescado azul es fuente riquísima en omega-3, que casi nadie sabe exactamente lo que es pero que hace furor hoy día, todo el mundo lo demanda y te lo encuentras enriqueciendo todo lo envasable y por envasar. El aceite de oliva es prácticamente la panacea universal para todos los males. Un vasito diario de vino o cerveza son cardiosaludables, ésta última sobre todo para la mujer y más aún en la época de la menopausia (al menos, cuando nos llegue el climaterio habrá algo positivo: poder tomar un cervezón bien frío sin remordimientos de conciencia…). Según la OMS se pueden consumir hasta 10 huevos a la semana siempre que no se padezca de colesterol (evidentemente, si se nos dispara a causa de esos 10 huevos semanales habrá que volver a los tres de toda la vida). Los dietistas recomiendan a los abueletes como cena ideal el jamón ibérico, a poder ser de pata negra, claro (eso sí que sería ideal)… Lo último parece ser que los edulcorantes artificiales vacíos de calorías contribuyen a aumentar el peso y los niveles de grasa en el cuerpo, más aún que el azúcar . Total, que ya solo nos falta oír que la “pringá” adelgaza. Y confieso que, visto lo visto, procuro estar al día de cuantas novedades aparecen en el mundo de la dietética, esperando ésta como agua de mayo...

Está claro que cada X tiempo se revisan los “dogmas de fe” relativos a la salud, así que ahora quizás, tras la aparición de esta noticia, se disparen los estudios sobre las repercusiones del sexo en nuestra esperanza de vida. ¡Anda que como lleve razón el chino…!

Es inevitable acordarse ahora de ese archiconocido chiste del médico que le dice al paciente:

- Lamento comunicarle que el resultado de las pruebas que se le han hecho parecen indicar que no le quedan demasiados meses de vida. Así que le voy a prohibir taxativamente el alcohol, el tabaco y el sexo.

- ¿Y cree usted que así lograré vivir más?- pregunta el paciente, lógicamente preocupado.

- Hombre… más, lo que se dice más… Pues no. ¡Pero se le va a hacer de largo…!

Si hay que hacerle caso al chino, el doctor del chiste está equivocado: no es solo que parezca que la vida se hace eterna si se prescinde de algunos de sus placeres, es que se eterniza de verdad. O casi, porque hay que ver lo que deben de dar de sí 107 años… Claro que aún está por comprobar que en realidad la castidad a partir de los 30 se pueda considerar causa de la longevidad, porque un solo caso no es concluyente. ¿Se ofrecen voluntarios para el estudio...?


AVALON Y ETINARCADIA

domingo, 10 de febrero de 2008

EL SABOR DE LA VIDA


La vida sabe a calorcito de sol de invierno, a subirse la manga de camisa y jersey, a cerrar los ojos y concentrar toda la atención en el hormigueo con que sus rayos, como dedos humanos cálidos y tiernos, recorren lentamente la piel. Sabe a dejar que traspasen cada poro y que se apoderen poco a poco de ella hasta caldear también por dentro, hasta percibir su efecto en todas y cada una de las terminaciones nerviosas, viviendo cada segundo, sintiéndolo..

La vida sabe a espectáculo, a contemplar como si fuese la primera vez, con la mirada cargada de asombro, el que ofrece una tormenta. Admirar ese cielo iracundo cuya boca brama su cólera en furiosos truenos, mientras sus ojos relampaguean rayos terribles que parecen abrir en dos el firmamento en un espectáculo apocalíptico... Presenciarlo tras la ventana, calentitos, protegidos, la lluvia azotando con fuerza los cristales. Esperar a que su vehemencia ceda y las plomizas nubes empiecen a dejar caer el agua solo a cuentagotas, y abrir entonces el ventanal para llenarse los sentidos de frescor y de fragancias, porque después de una tormenta el aire huele de otra manera.

La vida sabe a olores, el de la tierra mojada, ese tan penetrante que exhala cuando llueve, cuando parece más viva que nunca, como preñada, como encinta. Y sabe a dejarse anegar por la vida que irradia en ese momento. O a la fragancia dulzona, delicada y efímera de los azahares, tan diminutos que es casi un milagro que puedan concentrar un aroma tan denso en esos petalillos frágiles, que, maduros de olor, caen al menor roce.

La vida sabe a música, a esa que va anegando poco a poco nuestro interior colándose por cada intersticio, recorriendo el estómago hasta encogerlo y casi hacerle daño, haciendo vibrar las cuerdas de ese piano de tantas notas que es el alma, elevándose muy alto sobre el estado de ánimo, fundiéndose con él en una mezcolanza que a veces te lleva a algo cercano casi al éxtasis.

La vida sabe a chocolate, a zumos, a patatas fritas, a eso que impregna las papilas gustativas de gloria bendita.

La vida sabe a esa peli o ese concierto con el que llevamos soñando días, a charla distendida entre risas, confidencias y nonadas con los amigos, a aquello con lo que disfrutas cuando no tienes nada que hacer, a paseos en queda conversación con uno mismo, a puestas de sol, al impulso repentino de regalarte o regalarle ese caprichito solo porque hoy es hoy, a un rato tranquilo de intimidad entre tu libro favorito y tú...

La vida sabe cuando se agudizan los sentidos para captar y embeberse del más fugaz instante de cada sensación hermosa que pueda uno procurarse. Cuando nos sumergimos en cada una de ellas, siendo conscientes en cada segundo de lo que se siente, estirándolo como chicle, bebiendo con avidez lo que en cada momento entra los por los ojos, por la nariz, los oídos, la boca, la piel... Cuando se despeja el cerebro de cualquier pensamiento que no sea concentrarse en lo que se está viviendo, en aprehender cada instante de felicidad que se nos regala y en llenarse los pulmones de ella, hasta sentir que estallan. La vida sabe cuando te sumerges a fondo en el cúmulo de sensaciones que produce algo que te gusta de forma que ni los pensamientos hablan, cuando consigues notar y sentir cada órgano, cada músculo, cada célula, cuando percibes cómo late el corazón, cómo la sangre fluye quedamente por las venas como el río por su cauce... Y en esos momentos, la vida sabe a gloria, a gloria bendita. Y tú estás sentado en su trono.




AVALON Y ETINARCADIA

miércoles, 6 de febrero de 2008

LOS LÍMITES DEL ARTE


"Por 25 centavos de dólar, el artista chileno Francisco Tapia deja que el público le pegue un latigazo con un cable coaxial en la espalda desnuda, donde tiene tatuado el logotipo del Gobierno de Chile, en una bizarra crítica hacia las instituciones gubernamentales y la cultura del país suramericano.

También es posible escupirle por el módico precio de dos dólares. El artista tiene tatuado sobre su espalda la frase 'I love my sponsor' y debajo el logotipo del Consejo Nacional de Cultura del gobierno chileno, en una crítica hacia la falta de apoyo institucional al arte no formal."
Esta noticia, aparecida ayer, le hace a uno cuestionarse dónde están los límites en el arte. Innovar, transgredir, se vuelve cada vez más necesario porque prácticamente todo está inventado ya y en este campo, como en todo, es necesario avanzar. Pero ¿hasta dónde se puede llegar manteniéndose en los límites del arte sin cruzar la barrera que separa a éste del esperpento o de la tomadura de pelo, sin más? Las performances, forma artística que combina elementos del teatro, la música y las artes visuales, se mantienen, en nuestra opinión, en esa delgada franja que separa la genialidad de lo absurdo. Pueden ser realmente innovadoras o una mamarrachada. En una de ellas un coreógrafo
belga, Jan Fabre, un actor se masturba sobre la escena. En otro momento, orina y dirige su miembro hacia el público. Al menos, cuatro mujeres fueron salpicadas. A lo mejor es cuestión de modernidad, pero a mí en concreto no me hubiera hecho ninguna ilusión recibir los fluidos de un señor desconocido, por muy transgresor y novedoso que pudiera resultar el espectáculo, y por mucho simbolismo que tuviera. Más bien me hubiera dado un asco tremendo.

No, ya no no nos estamos refiriendo a las performances, sino a un tipo de "arte" cada vez más en boga: el que practican individuos como Marco Evaristti, un chileno-danés que montó hace varios años una instalación en la que los visitantes podían matar peces apretando el botón de unas licuadoras en las que estaban atrapados, y que fue expuesta, entre otros sitios, en el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile. ¿Destrozar animales vivos es un arte? Otra de sus exposiciones consistió en una instalación en una galería de Aalborg (Suecia) en la que vendía una decena de albóndigas hechas con su propia grasa, procedente de una liposucción, y envasadas con su foto a unos 4.390 dólares la unidad. Baratitas y además tentadoras, ¿no?

Guillermo Vargas Habacuc, costarricense, el pasado mes de agosto cazó a un perro callejero, lo ató con una corta cuerda a una de las paredes del local de una galería artística de Managua, en una exposición, y lo dejó morir de hambre y sed. Según él, ese acto de cobarde sadismo es arte. Más terrible aún resulta el hecho de que el público pasara junto al animal, lo viera agonizar lentamente y nadie hiciera nada por terminar con aquel abominable acto de crueldad.

Un "artista" chino, Zhu Yu, come fetos humanos en sus actuaciones... Según él, lo hace por amor al arte. Es lo que en China se conoce como «arte extremo», la última forma de expresión radical para una nueva generación de creadores que han surgido de la sombra de la censura comunista con el lema de «No hay límites».

Uno de los premios más prestigiosos de arte contemporáneo en el mundo, el Premio Turner, dotado con 25.000 libras (35.000 euros), que se comenzó a otorgar hace más de 20 años bajo el amparo de una de las instituciones artísticas más sólidas de Londres, la Tate Gallery, está siempre envuelto en el escándalo y la polémica. Solo hay que ver el tipo de obras que han conseguido alzarse con el galardón. Una de las ganadoras consistía en una habitación vacía, en la que unas luces se apagaban y encendían a intervalos de un minuto. Otra en una vaca cuarteada y metida en cajas transparentes con formol. Otras eran cerámicas vidriosas adornadas con imágenes de abusos sexuales y chistes sobre el mundo del arte. Quizás el caso más escandaloso fue el de una "instalación", como se conoce este tipo de "obra", presentada por una artista llamada Tracey Emin que no llegó a obtener el premio. Lo que llevó a concurso fue un montaje de la cama en la que pasó una semana borracha después de un aborto.

Junto al lecho, dos botellas de vodka y una de zumo, un montón de kleenex sucios, bragas y compresas usadas, un cenicero lleno de colillas, preservativos, tampones, anticonceptivos, gel lubricante, tiritas viejas, un muñeco de peluche... Las sábanas arrugadas estaban estampadas con huellas de neumático, manchas de orín y de otro origen indefinible; el edredón, impregnado de sudor, las plumas escapando de las almohadas... Encima del lecho, un letrero luminoso informaba: «Cada parte de mí está sangrando». En las paredes, algunos de sus dibujos y un tapiz con la palabra «Joder» en lugar prominente.

Quizás cuanto llevamos dicho haga pensar que en esta calle rechazamos de plano el arte contemporáneo, pero nada más lejos de la realidad. Creemos que el arte ha de evolucionar, que hay creadores que tienen espléndidas ideas muy innovadoras y que ofrecen caminos que merecen la pena ser explorados. El body art, por poner un ejemplo, resulta fascinante por la imaginación que se derrocha. Más que arte lo llamaríamos más bien un "objeto estético", pero una de sus vertientes trata temas como la violencia, la autoagresión, la sexualidad, el exhibicionismo o la resistencia corporal a fenómenos físicos. Así , el cuerpo puede estar transformado por un disfraz, ser utilizado como instrumento o unidad de medida, agredido o puesto a prueba hasta los límites del sufrimiento. El principal exponente de esta vertiente era Rudolf Schwarzkogler, un alemán que en 1969 se amputó centímetro a centímetro el pene mientras un fotógrafo registraba la acción.

En fin, la lista es larga, pero van desde la pantomima cómica hasta lo que podríamos casi considerar sicopatías peligrosas.

Se entiendan o no, las artes contemporáneas convocan muchedumbres. Eso dicen las cifras de asistencia a los salones y museos, donde las formas no tradicionales de arte ya son la regla y no la excepción. Para algunos es señal de que existe un fuerte consenso con respecto a qué llamamos arte hoy. Aquello que en círculos más conservadores puede parecer incomprensible, el público lo recibe con curiosidad. Lo que nos preguntamos nosotros es qué busca la gente qué va a ver este tipo de espectáculos. ¿Sensacionalismo? ¿Sensaciones fuertes? En la noticia que abría este post se citaban las palabras que decía una madre de familia a su hijo luego de pagar por dar un latigazo doble a Francisco Tapia:

"Pégale, pégale, desquítate. Acuérdate de alguna cosa fea que te haya pasado. Pero pégale fuerte".

Nos parece terrorífico que una madre anime a su hijo a desplegar toda la violencia que es capaz de engendrar azotando a alguien que, por otra parte, resulta ser un completo desconocido para el chico.

Pero dejando ya de lado los aspectos morales, que evidentemente los hay, lo cierto es que se camina por senderos inciertos donde el "todo vale" se ha convertido ya en consigna. O se hace una criba, o va a terminar siendo necesaria una redefinición del arte.


AVALON Y ETINARCADIA

sábado, 2 de febrero de 2008

VELADO


Por las noches, todas las noches.
Respiras mis sueños. Boca con boca.
Nuestras manos se enlazan, y tu calor hace palpitar mi vida.
Te amo, te deseo, eres mi musa secreta. Ni tú lo sabes.
Un huracán de confusión arrasa mi vida,
y en medio de él, del dolor de la esperanza - más fuerte que el de la amargura -,
solo permanece en pie una única verdad:
tú, la que pone su color sereno a mi vida,
la que me nace raíces que me anclan al suelo,
el paraíso en mi país disperso.

Sé que en tu silencio gritas y yo soy tu eco,
te habito y mi alma te abraza cuando me caminas sus sendas..
Me quemaré en tu fuego, y me ahogaré en tus lágrimas,
navegarás por los ríos calientes de mi sangre.
Somos uno en dos, a pesar de mi locura
y de tu libertad acunada en la familia.
Te quiero y quiero gritarlo, escribirlo, soñarlo.
Eres mujer... eres Dios.
Me gustaría ver extenderse tus alas,
verlas desplegarse en el cielo de la verdad,
bailar libre por fin.
Te quiero.

A pesar de todo sé que nunca me entenderás,
aunque me respiras nunca sabrás quien soy.
Yo soy parte de la Revolución que nunca vencerá,
estaré siempre en el bando derrotado,
en las trincheras de la Esperanza
habitadas por mil niños que me abrazan
mientras esperan a esos Reyes Magos que nunca llegarán.
Mi locura, mi alma apátrida,
están pobladas por mi llanto y mi guerra.
Pero en medio de ellas estás tú,
encendiendo soles entre el humo de los cañones,
haciendo florecer romero en las trincheras.

Te quiero.




ETINARCADIA