sábado, 2 de junio de 2007

LA TABERNA DEL IRLANDÉS




Cae ya el velo de la noche sobre la ciudad dormida, vacía. Los ecos de sus risas resuenan huecamente haciendo coro a los de sus pasos que tamborilean por la calle empedrada, apenas iluminada por la vacilante luz de las farolas. El grupo se detiene ante la pesada puerta de roble, la empuja y entra.

La Taberna del Irlandés resulta más acogedora por dentro de lo que prometía su desvencijado exterior. Cuelgan de sus paredes de madera lánguidas y viejas redes, flotadores, aparejos de pesca, algún pez disecado, en abigarrada mezcolanza que dan un aire decadente a la estancia. La trémula luz de los candiles apenas alcanza a la mesa en semipenumbra ante la que el grupo se sienta, habla y ríe, arropada la conversación por la música de un alejado violín cuyas notas flotan en el aire, como abandonándose en él.

Despreocupación, camaradería, complicidad… Todo invita a la confidencia, a soltar tanto lo que lastra como lo que eleva. Se siente el calorcillo que procede tal vez de una chimenea, mezclado con el que produce el ron dentro del cuerpo y que distiende conciencias y lenguas. La atmósfera se torna irreal, ingrávida, mágica, pero a la vez extrañamente corpórea. Las copas entrechocan, aumenta la algazara, las mejillas enrojecen, las miradas brillan entre la risa y la lágrima, se relajan las lenguas. Y lo que ellas no cuentan lo hacen los tatuajes y heridas de los cuerpos, que hablan lo que las bocas callan. Caldean también el alma miradas nubladas y brillantes por la humedad del amago de lágrima que intenta abrirse camino hacia la enrojecida mejilla, impulsada no se sabe muy bien si por el humo de los cigarrillos, cuyas espirales bocetan caprichosas figuras ondulantes como etérea neblina sobre las cabezas, o por los evanescentes fantasmas de los recuerdos que sobrevuelan la mesa... Y se trenzan las ascendentes volutas de los cigarrillos con el suave murmullo de la voz ligeramente destemplada del violín, con el calor del local y el de la conversación, con las risas, con las palabras que se dicen y con las que se callan, con la lágrima que amaga, todo ello en un momento mágico.


AVALON

37 comentarios:

Calle Quimera dijo...

Gracias por este regalo.Nos vemos en la taberna a la hora de siempre.Ves pidiendome el bourbon,igual tardo un poco.Tengo que solucionar un asunto pendiente que tengo con el viejo Pedro.Es por La llave que perdió aquella noche que estuvo con nosotros.....ya sabes.Besos.
Salud.

MentesSueltas dijo...

Hermosa descripción, bella, estuve sentado en una mesa leyendote. Muy lindo.

Dejo un abrazo
MentesSueltas

SCD dijo...

La verdad verdadera es que siempre nos das increibles regalos al compartir tus historias.
Excelente como siempre.
Saludos amiga!!!!!

Calle Quimera dijo...

Era lo mínimo, compi.. :-)

Te guardo un asiento en la taberna y voy pidiendo... Lo tuyo era "Bourbon et toi", ¿no...? No tardes, que se le va la "gracia" al Bourbon. Y deja ya en paz al viejo Pedro, bastante tiene con haber perdido hasta las llaves en aquella partida de cartas. Ahora podemos entrar y salir del cielo, a voluntad. ;-)

Un besazo, Etinarcadia, gracias por tus dos regalos.

Calle Quimera dijo...

Me alegra muchísimo haberte tenido sentado en la mesa de al lado en la Taberna del Irlandés, Mentessueltas. En esta calle hay algunas, como en todas las calles, pero este es un garito especial. Lleno de voces, música, risas, partidas de cartas y ..humo, humo que irrita ojos sensibles.

Un beso que se va para tu tierra, en tu búsqueda.

Calle Quimera dijo...

Mi querido SCD, ese es el sentido de los blogs, ¿verdad?, compartir lo que deseamos o necesitamos expresar, y tener amigos como tú con quien hacerlo.

Un beso bien grande, y gracias por transitar siempre por esta calle.

Ula dijo...

Me quedo un ratito en la taberna con vosotros y los que ya están ahí. Puedo escuchar susurros, historias y vivir la mía propia entre los vapores del alcohol y el humo de los cigarrillos.
Me pido unas cuantas cervezas que con eso alegro el corazón y dejo la mente más suelta a que entren cosas nuevas.
Muy intresante la taberna del irlandés. Suelo ir a Irish Pub que tengo cerca de casa, aunque ahora son de otro estilo y no se escuchan las historias de los pescadores y viejos navegantes.
Besos

txanba dijo...

bonito, nos vemos, pues, en la taberna del irlandés.

yraya dijo...

Dan ganas de pasar un rato en la Taberna del irlandés, con un buen ron y dejar libres las palabras.
La música me ha transportado a unos años atrás.

salud

Recomenzar dijo...

Tus historias querido Avalon ..me llenan de encanto es por eso que te sigo

rincones dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Calle Quimera dijo...

Quédate todo el rato que quieras, Ula, la taberna tiene sus puertas abiertas a todas horas.

De eso se trata, de contar y escuchar historias que se vayan hilvanando con la música, con el humo, con el calorcillo de las cervezas y el da la conversación, el de la camaradería.

Los pubs irlandeses ya no son lo que eran; el de al lado de casa no tiene de ello más que la decoración y el nombre..

Un beso.

Calle Quimera dijo...

Aquí tienes tu silla, Txanba, dispuesta siempe para que la ocupes siempre que quieras.

Un beso.

Calle Quimera dijo...

No sabes cuánto me alegran tus plabras, Yraya, porque precisamente se trataba de eso, de hacer de ella un lugar acogedor donde cada uno pueda contar lo que necesita, o simplemente le apetece, donde hallarse a gusto.

Es antigüilla la canción, ¿verdad..? Siempre despiertan recuerdos las canciones, espero que en esta ocasión hayan sido agradables.

Un besote.

Calle Quimera dijo...

Gracias por seguirnos a mi compañero Etinarcadia y a mí, Avalon. Siempre es un verdadero placer verte pasear por esta calle, al igual que me siento encantada siempre que aparezco por tu casa. Es difícil que una mujer no se sienta identificada con historias de otra mujer, ¿verdad?

Un beso.

Alberto López Cordero dijo...

Dime donde está esa taberna¡¡¡, llevo años buscándola, cansado de tanta Irish tabern franquiciada con falsos elemtos de atrezzo que ni por asomo recuperan el espíritu de camaradería que se vivián en locales como los de antaño(dicen los mayores).Un abrazo.

poca luz dijo...

...ha sido genial escuchar a cat stevens (que siempre me inspira la tranquilidad de lo conocido)...y tomarme un buen pelotazo en la taberna del irlandés, entre humos y risas.

Gracias por este momento.

Calle Quimera dijo...

Esa taberna está en calle Quimera,Alberto; aspira a ser punto de encuentro, de relax para sus viandantes, un lugar de camaradería y confraternización, como eran las antiguas tabernas de irlandés. Como ya habéis apuntado más de uno, hoy son solo simple decorado, pura tramoya.

Un beso.

Calle Quimera dijo...

De eso se trataba, Nada, de pasar un buen rato entre cervezas, música, risas, historias... De salir de ella con al corazón ligero.

Sad Lisa es la canción que más me gusta de Cat Stevens. Esos violines...

Un beso.

Calle Quimera dijo...

Gracias por tu paso por esta calle, Rodrigo, veré esas camisetas personalizadas de que me hablas.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Comparto las sensaciones que describen en los demás comentarios. Aquí hay cientos de pubs, estridentes, donde los jóvenes ingleses vienen a beber en libertad. Y se crea un desquicio, madre mía. Los hay de todos los estilos, irlandeses, londinenses... Pero digamos que prima dentro la anarquía.
Eso, en contraposición con la hermosa escena que has pintado Quimera acompañada por Stevens, llena los ojos de nostalgia y de humo.

Besos

el que deambula dijo...

Crear atmósferas, una de las claves de la buena letra.

Gracias por la visita, mucho más por los comentarios.

Besos.

el que deambula dijo...

Crear atmósferas, una de las claves de la buena letra.

Gracias por la visita, mucho más por los comentarios.

Besos.

Calle Quimera dijo...

Así es, Miguel, los pubs de ahora nada tienen que ver con aquellos centros de reunión, de confraternización que eran antes hace tiempo. Hace falta un lugar donde se detenga el tiempo, donde solo haya espacio para la tranquilidad, la calidez, la camaradería y la buena música. Y el humo, que todo lo envuelve y le da ese aire de irrealidad que hace a la taberna un lugar mágico. Eso es lo que quería ser la taberna del irlandés.

Un beso, amigo.

Calle Quimera dijo...

Eso pretendía, Deambulador, y me alegra haber conseguido recrear esa atmósfera, que la hayas captado y que te dejes envolver por ella.

En el comentario solo dije lo que sentía.Gracias a ti por acercarte por esta calle y por su taberna.

Un beso.

María Narro dijo...

no es nada fácil recrear una atmósfera, Avalón, lo has hecho muy bien.
Un beso escritora.

Calle Quimera dijo...

Pues que algo así me lo diga una escritora de verdad como tú, María, te puede imaginar cómo me llega, ¿verdad?

Muchísimas gracias, de verdad.Me ha llegado al alma...

Recomenzar dijo...

Quimera hoy te tocó a vos estar en mi blog
Abrazos inmensos

Freddy Murphy dijo...

Has pintado un bello cuadro con tus palabras, se me antojó observar a toda esa gente, desde el águnlo que de el estar sentado en un sillon de cuero raído, con la mejor compañía de un buen amigo.
Saludos

Calle Quimera dijo...

Inmenso el abrazo que te damos a ti, Mucha, no te imaginas la ilusión que nos ha hecho la mención que has hecho de nosotros en tu blog... Dos besos enormes, uno de Etinarcaia y otro mío.

Calle Quimera dijo...

De eso se trataba, Freddy, de que cada uno de vosotros se viera integrado en ese ambiente. Y has contribuido a recrear aún mejor la atmósfera con esa alusión al sillón de cuero raído.

Te traigo un cervecita, que ya hace calor en estas tierras...

Un besote.

El perro andaluz dijo...

Hubiera dado mi brazo derecho por estar sentado en aquella mesa. El izquierdo lo conservo para brindar contigo.
Un beso.

Calle Quimera dijo...

Eres encantador, Allan... Un charquito nos separa, y va a ser muy difícil que un día podamos brindar como lo has hecho con Varguitas, Dragón, etc, chocando los vasos y haciendo que salten chispas de amistad de él, pero siempre nos quedará esta taberna. Aquí también pueden saltar chispas de amistad cuando choquemos los vasos.

Un beso.

El perro andaluz dijo...

Si pues, y quizás algún día juntemos unas copas y desde ya te digo salud!
Un beso.

Calle Quimera dijo...

¿Quién sabe, Allan..? Quizás algún día tú decidas cogerte un avioncito a España, o nosotros (aunque lo tenemos mucho más difícil) uno a Lima... Sería maravilloso vernos, hacer entrechocar esas copas mientras noe vemos las caras, nos sonreímos,charlamos...¿Porqué no? Nada hay imposible, y quizás con un poco de suerte...

Por ahora, levanto mi copa contigo y..¡salud! Y un besazo bien grande.

Raùl Junquera dijo...

Pues yo no voy a dar ningùn brazo, pero si alguna vez nos juntamos en esa encantadora taberna la primera convià la pago yo... de momento en mi imaginaciòn ya me estoy tomando unas cervecitas con mi gordi.

BELLISSSSSSSSIMOOOOOOO.

Calle Quimera dijo...

¿Na más que en tu imaginación? ¿ya has acabao con las existencias de cervezas del frigo, chiquillo, y te ves reducido a tomarlas solo en la imaginación? Que no se diga, p´allá van unas cuantas birritas, colegui...

Venga, tú pagas la primera convidá, la segunda yo, la tercera Etinarcadia.. y como hayas muchas convidás más vamos a salir a 4 patas..je.. ;-)

Besazo, Raúl.